Exclusivo
Farándula
Héctor Napolitano: “Los excesos te quitan paz y alegría”
El premio Eugenio Espejo, por el que luchan artistas de larga trayectoria, no le quita el sueño. Dice que eso sería luchar contra la burocracia
“Aquí en Guayaquil nació, creció y vivió el Viejo Napo”. Con esa frase quiere ser recordado el cantante Héctor Napolitano, quien a sus 68 años dice no preocuparse por premios y reconocimientos. Sin embargo, admite que ahora que está “viejo” es más famoso que antes; incluso se siente más observado y expuesto en la calle.
(Lea también: Viejo Napo y Gustavo Pacheco: 57 años de una amistad nacida en la música)
En una entrevista con EXTRA, el Viejo Napo habla sobre la industria musical y envía un consejo a la nueva generación de artistas ecuatorianos.
¿Costó llegar a ser reconocido en la industria?
Nosotros no somos como esos músicos que se hacen ricos de un día para otro. A los músicos ecuatorianos nos cuesta toda una vida llegar a ser reconocidos en el país. Es importante vivir de tu música y no de copiar. Lo esencial al componer es llegarle a la gente, y eso toma años de esfuerzo. Llevo más de 20 años tocando temas como Gringa loca, Cangrejo criminal, Sancocho de hueso blanco, Bolón de verde, Te conocí en la 18, entre otros, que ya están en la memoria del público.
Usted lo mencionó, temas posesionados en el público ecuatorianos, pero para usted ¿cuál es el que más le gusta?
Las canciones son como los hijos: frente a todos los quieres igual, pero siempre hay uno que amas más. El que más me identifica es Guajira a Guayaquil.
¿Con qué frase quisiera que siempre lo recuerden?
(Suspira) Aquí en Guayaquil nació, creció y vivió, el Viejo Napo. Así de simple.
¿Es difícil mantener su identidad musical en esta época en que el género urbano domina la industria?
Depende de la etapa y dimensión de la que vengas. Yo soy de los años 70, una época de hippies, la guerra de Vietnam, el rock, la marihuana, The Beatles. Esa fue una era que creó grandes músicos, y aquí nacieron artistas como yo. Ahora la industria es cruel. Miren lo que pasa en Hollywood (caso Sean ‘Diddy’ Combs). Hay una crueldad escondida en el lenguaje y en la música. La música actual es un monstruo disfrazado de cordero. Qué pena que la juventud no haya escuchado a The Beatles.
¿Qué les recomienda escuchar a los jóvenes para iniciar?
Por lo menos una vez a Ludwig van Beethoven. Después, que hagan lo que quieran.
Usted canta a todo, incluso a lo malo del país...
Nunca hemos vivido una situación como la actual. Este año, mis canciones serán una radiografía del estado social de nuestra ciudad. El arte y la música deben ser un canal para protestar y pedir auxilio.
¿Qué aprendió de su carrera?
El exceso te mata. Todos los excesos te van a restar alegría y paz. El exceso en amar, odiar, drogarse, te restan alegría y paz.
¿Se mareó alguna vez con la fama o la popularidad?
Ahora que estoy viejo soy más famoso que antes. Ahora me siento visto y expuesto, por eso casi no salgo, y eso que no soy Messi, ni siquiera soy un futbolista, pero soy un músico de leyenda. Lo que pasa es que como decía Gabriel García Márquez: ‘La fama solo sirve para que te jodan y te hagan entrevistas’.
Actualmente, ¿Qué le parece la música en el país?
En Ecuador aún se copian varios géneros musicales, pero son ritmos que nuestros abuelos bailaban hace más de 80 años. América Latina no ha desarrollado algo más refinado. Estamos en la cháchara y en la joda. ¡Viva la chicha y el merengue! Por eso tengo canciones ocurrentes; también me pongo en eso. Soy pueblo, pero no pueblo con el arte.
¿Se puede decir que tiene un público selecto?
Llámelo música de culto. Tengo unas 250 canciones editadas, pero la gente solo recuerda como 10, las canta y las pide. Sin embargo, tengo bastante repertorio. Como me decía mi gran amigo, el músico Gustavo Pacheco: '¿Qué voy a ser más famoso que tú si yo tengo solo cuatro canciones?'. Tener al Negro Pacheco como amigo es un privilegio. Es un gran músico. Guayaquil tuvo un pasado musical exitoso en los años 70. Antes, el público era más culto al escuchar música. Todo ha cambiado. No estoy aquí para aconsejar, pero los excesos te quitan paz y alegría.
Hay muchos músicos que, por estar en un reality y sonar con un tema internacionalmente, piensan que han tocado el ‘cielo con las manos’. ¿Qué les diría a esta nueva generación de artistas?
Manejen el ego. La vida está compuesta de muchos pasos, y un éxito musical es solo un paso. La vida de un artista requiere disciplina, dedicación y paciencia; no es una carrera de rapidez. Principalmente, se necesita modestia. La decepción llega, es parte del comportamiento actual y del tejido social. Todos quieren ser conocidos; por eso ahora todos están en redes sociales, para exponer la intimidad del artista. Antes uno guardaba pudor, cierta privacidad. Ahora, no te importa nada.
Héctor Napolitano, cantante
Los artistas ecuatorianos con una larga trayectoria, como usted, suelen aspirar al premio Eugenio Espejo. ¿Le pasa lo mismo?
Todos los premios son un cartón. Pero aprecio algunos, como la condecoración que me dio el Municipio de Guayaquil, la del Gobierno de Rodrigo Borja y la de Manabí. En resumen, el premio Eugenio Espejo no es lo mío. No haré el esfuerzo de luchar contra la burocracia porque es incómoda.
Lucas Napolitano: Lleva la música en la sangre
Héctor acudió a la entrevista de EXTRA en compañía de su hijo Lucas Napolitano. Confiesa que trabajar con su hijo (es guitarrista) es una forma de seguir ejercitando el carácter. Como compañeros para salir a comer o “pegarse unas bielas”, todo va bien, pero profesionalmente suelen surgir cosas que necesitan pulirse. Sin embargo, ambos lograron construir un lenguaje en el escenario.
“Desde los 15 años me llevaba a ‘cachuelear’, me decía que era para que me gane algo. Siempre he sido de blues y jazz, pero aprendí a tocar por él Son cubano. Al principio fue complicado, me olvidaba y tenía que repetir”, comentó Lucas de 30 años.
Él se graduó de músico con honores en la Universidad San Francisco de Quito en 2019. “Él es licenciado, no como yo, que soy de la calle”, agregó Napo entre risas.
Lucas explicó que disfruta tocar con su padre por el mensaje de sus canciones, ya que ha heredado de él una filosofía de vida: no hacer música solo por vender o porque un género está de moda. “Tampoco es que me fascine la música urbana. Prefiero hacer buena música, con mensajes, sin doble sentido”, señaló, mientras entonaba un guitarra.
“Utilizan un mensaje muy básico y bajo. Las cosas se pueden decir de una manera no tan cruda ni subida de tono. Hay mucho abuso en los mensajes actuales de los jóvenes. Con Lucas nos inclinamos por la buena pintura, la buena música, y eso de andar insultando a las mujeres en las canciones no es correcto”, añadió Napo.
Asimismo, Lucas comentó que la música no es real si no tiene un buen mensaje. Sin embargo, aclaró que no menosprecia a ningún artista. “Cuando inicié en la música, mi papá me dio un consejo: ‘Si te comprometes con tu arte, debes hacerlo bien y ser tú mismo, no copiar’”, concluyó Lucas.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!