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Farándula
Víctor Aráuz: “Mi humor es directo y diferente”
El actor no reniega de la farándula y respeta a quienes les guste hablar de su vida privada, pero su caso es distinto. Habló sus vetos y polémicas...
Solito se denomina como el “menos agradable a la prensa rosa” y el más “vetado por los programas de farándula”, ¿la razón? simplemente dice que lo suyo es actuar y no opinar sobre la vida ajena. Así es el actor Víctor Aráuz, quien ya aprendió a lidiar con todo tipo de comentarios.
Tiene 16 años de trayectoria artística, los cuales le han dejado un sinnúmero de enseñanzas, entre esas, soportar las duras críticas por su personaje de Michy. Sufrir violencia física (noviembre pasado) por parte del hijo de la ex chica reality Zully Guillén en la vía pública, sin embargo eso no fue impedimento para que continuara creyendo en lo que era capaz de hacer en el mundo artístico.
Son 16 años, ¿ha cambiado en todo este tiempo?
Empecé actuando de manera profesional a los 21, ahora tengo 37 y he aprendido un montón de cosas, entre esas a disfrutar más los procesos y no tanto de los resultados. Cuando se comienza a actuar se cae en la vanidad de quererse ver bien en la pantalla. Ahora me enfoco en hacer y no en verme. Dejé la vanidad y eso es bueno porque te puede afectar y arruinar.
¿Víctor es sobrado?
No me considero la ‘mamá de Tarzán’ soy creativo y talentoso, pero ya. Me dicen que soy sobrado pero no es así. El teatro te aterriza, te pone los ‘pies sobre la tierra’ porque la TV te puede marear. Las redes sociales también te devuelven a la realidad porque ves, a través de las visualizaciones, si estás funcionando o no.
¿Se considera uno de los mejores actores?
Nunca me consideré así. Odio el mejor actor, por eso cuando me nominan para ganar un premio, nunca hago campaña. Trabajo como cualquiera lo hace, como un obrero para llevar el pan a la mesa.
¿No le gusta la farándula?
Hay gente que le encanta las cámaras, que entren a sus casas y graben y está bien, pero hay a quienes no nos gusta. A Efraín Ruales no le gustaba eso y no quiere decir que era una mala persona (...) A veces te preguntan o te piden cosas que no son correctas. Cuando murió Efraín me decían que vaya a hablar de él en los canales, pero no. Hay que respetar. Nosotros (amigos actores) paramos las grabaciones por dos semanas enteras y retomamos con un filme sobre él como especie de homenaje. Siempre pienso que si yo me hubiera muerto, Efra no estaría en los medios hablando de mí.
Pero no solamente se ha negado a hablar de su amigo, sino de muchos temas...
Es porque no acepto hacer algo que no me gusta. Eso debe ser en general, en todas las cosas de la vida. Los abusos se viven por hacer lo que uno no quiere (...) Estoy en un punto en el que no me importa el veto. No me tomo nada personal. Tuve COVID-19, casi me muero y la vida termina rápido.
¿Reniega de la farándula?
Para nada, pero yo decidí actuar. Tú puedes escoger la cercanía con las personas o el ‘Yo no estoy de acuerdo con lo que piensa fulanito’, ‘yo apoyo al señor...’ puede ser que a alguien le guste la farándula, pero a mí no. Me metí a esto para actuar, pero si a alguien le gusta esa vaina, está bien.
¿No ha pensado que su humor es burlesco?
Aprendí que en la vida o me río de todo o no me río de nada. Me deprimo un montón, pero busco cosas que me den risa; pueden ser que hayan bromas crueles que me causen risa, pero eso no quiere decir que sea mala persona. Yo me crie con ese tipo de humor. Lo trabajé desde ‘chamaco’ cuando vivía en el cantón Buena Fe (provincia de Los Ríos). Con mi humor no hago maldad, solo me río de algo.
¿O sea que desde niño era así?
A mi mamá la ‘jodo’ con temas de los santos, pero no estoy en contra de la religión. El otro día se le cayó un santito, se le quebró el brazo, se lo pegó al revés y le dije que no le iba a hacer el milagro si tenía el brazo chueco porque a nadie le gusta andar así. Mi vida es muy feliz para ponerme a pensar en la gente que no le gusta. Mi humor es directo y diferente.
Pero si le gusta reírse de otros, ¿aceptaría que lo hagan con usted?
Si saben hacerlo está bien. Alguien trató de desquitarse y lo hizo mal, así no funciona. Si lo sabes elaborar, me ‘cagaré’ de la risa. Francisco Pinoargotti y David Reinoso son personajes que me dejan sin palabras, pero más Francisco porque sabe cómo callarme, lo ha hecho en vivo, por llamadas, por redes. No me resiento para nada, siempre y cuando esté el tema del humor, porque si te sueltan apodos como: cholo, feo, pues ya lo sé.
Su papel de Michy fue muy criticado por supuestamente tener tintes machistas y homofóbicos, pero ¿se planea su regreso al teatro?
Yo dije que Michy no volvería, pero sí lo hará. Yo puedo parecer muy duro o rudo desde ciertos lugares o puntos de vista, pero soy muy sensible y me deprimo un montón. El tema de la Michy me llegó muy feo, me dijeron de todo -entre esas cosas- que no entendía lo que era que violenten a una persona que tiene otras preferencias sexuales y que sabían dónde estudiaba mi hija y que le harían lo mismo. Me asusté, fue muy feo. Personas que ayudé en su momento, se pusieron del lado más popular, o sea, el de ‘hagamos mierda a Víctor’. Fue terrible.
¿Pero seguirá con la misma línea de humor?
No puedo estar pensando en hacer humor y ponerme a ver lo que dirá el otro. Llenarme la cabeza de ideas ‘qué pensará’ y ‘si me vetan’. Hacer humor no debería ser tan complicado, debería ser sencillo.
Pero esa forma de ser, lo ha metido en algunos problemas...
Lo que pasó con el acto de violencia del que fui víctima ( por parte del hijo de la ex chica reality Zully la ‘Fucsia’ Guillén) y hay un proceso judicial que continúa. Primero porque no hubo un nivel de raciocinio de las cosas y ese se da por la falta de conocimiento. En varios programas se dijo lo que quisieron sobre la broma que hice en el programa de YouTube ‘De qué va’ (el que conduce con Álex Vizuete) y pasó eso. Pudo haber terminado en muerte. Me dieron ‘palo’ en todos los canales y nunca dije nada, no hablé mal de los presentadores, pese a que hicieron hasta foros con mi foto gigante. Yo empecé un proceso legal porque pudo terminar de una manera distinta. Ella lo tomó así, me pudo haber matado.
Pero si sabía lo que hacía, ¿por qué aplicar el silencio y dejar que otros opinen sobre el tema?
No tenía qué decir. El chiste era para Efraín, incluso cuando lo grabé le dije lo que iba a salir en el video, pero me respondió que no pasaba nada y se moría de risa, por eso él me apoyó en esos momentos. El silencio es mejor en esas circunstancias (...) Pude haber dicho algo porque los medios me buscaban, pero no tenía sentido.