Reunidos en el parque central de uno de los bloques de Bastión Popular, los vecinos de Jenniffer Tutivén instalaron una pantalla gigante para seguir de cerca su coronación como Reina de Guayaquil.

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“Mijita, usted no sabe... Esto fue como ver un partido de la selección. Cuando la nombraron finalista, todo el mundo estaba tenso, pero cuando ganó, parecía que festejamos un gol”, le contó una vecina a Tutivén. La moradora no durmió por recibirla en la madrugada del 6 de octubre, tras su victoria en el certamen.

En los videos que la barriada le compartió a la soberana, se puede ver a decenas de vecinos gritando y celebrando su triunfo, incluso aquellos que apenas la conocían. “Fue increíble sentir tanto apoyo”, expresó Jenniffer emocionada a EXTRA.

Esa misma emoción la acompañó hasta su casa en ‘Bastión City’ aquella madrugada, donde, todavía eufórica, durmió con su cinta de reina.

La joven de 21 años destacó sus raíces y su crianza en este sector del noroeste del Puerto Principal, donde reside desde los 3 años, cuna de todos sus recuerdos de niñez y adolescencia. Entre ellos, su academia de baile, ubicada a pocas cuadras de su hogar.

“Después de mis clases, caminaba desde mi casa a la academia, y recuerdo el compañerismo que tenía con mis compañeritas de danza. Era increíble. Íbamos juntas de un lado a otro y disfrutaba un montón”, rememoró.

Y es que, si hay algo que le encanta del barrio donde creció, es la cercanía a todo: farmacias, panaderías, mercados, tiendas de ropa y hasta restaurantes, como la picantería Diana Gabriela, donde -aseguró- venden el encebollado que le hace agüita la boca.

“Crecí en un sector popular de nuestra ciudad, un lugar donde hay mucha gente soñadora que cree en sí misma y trabaja a diario. Creo que cuando uno se rodea de ese tipo de personas, también te nace ser así”, manifestó Jenniffer.

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Es consciente de que ser Reina de Guayaquil no es solo un título, sino una responsabilidad. Esto lo entendió cuando, tras escuchar a una vecina contar cómo se vivió su ascenso al trono, una niña la recibió con un afiche lleno de imágenes de ella y un corto, pero profundo “felicidades”.

“Ahí te das cuenta de que llegas a ser inspiración, porque muchas niñas de sectores similares al mío creen que no van a lograr las cosas, porque se limitan. Pero no, aquí está Jenniffer. Y sí, de allí vengo, y estoy muy orgullosa de decirlo”, expresó la Reina de Guayaquil.

Así, la soberana porteña afirmó que el lugar de donde viene nunca le ha representado un desafío, pues asegura que “es solo un lugar físico”. “Lo que te define es lo que llevas aquí y aquí”, dijo, mientras señalaba su corazón y su cabeza.

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