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En Nochebuena estos artistas hicieron cosas alocadas que ahora recuerdan con muchos humorGranasa

Navidad: Talentos nacionales cuentan sus alocadas experiencias en Nochebuena

Hay talentos que hicieron cosas alocadas en estas festividades y otros que crearon un momento lleno de humor en Nochebuena

Pavos quemados, pestañas pegadas con brujita (pegamento) y una paliza a Papá Noel son algunas de las Navidades accidentadas que han tenido varios talentos de la farándula nacional, y de las cuales no se podrán olvidar.

La cantante Yilda Banchón recuerda la ocasión en la que no durmió para nada en esa festividad. Era Nochebuena y se reunieron con su familia en su casa. Cerraron las puertas y las cortinas para crear un ambiente más hogareño. La conversación y la comida fueron tan amenas que no se dieron cuenta de que pasaron toda la noche encerrados.

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“Cuando abrimos las ventanas ya eran las 07:00, nadie se dio cuenta del tiempo. La pasamos tan bonito haciendo adornos, llenando medias, que no nos percatamos cuando amaneció”, cuenta entre risas.

Ariel Zöller, una cena quemada

El cantante Ariel Zöller dice que sus Navidades eran hermosas, hasta que le dijeron que él se encargue de la preparación de la cena familiar. “Muy chévere preparé un pavo y lo metí en el horno. Fue hace algunos años, entonces estaba más joven y me puse a jugar play station, me entretuve tanto que me olvidé de la cocina”, recuerda.

Un olor a quemado alertó a sus padres, especialmente a su mamá, quien preguntó lo que pasaba, pues estaba confiada de lo que estaba haciendo su hijo.

“Las alarmas de incendio comenzaron a sonar, traté de sacarlo rápido, pero ya era tarde. Menos mal, mi papá nos pudo ayudar comprando un pavo listo. No sé de dónde lo sacó porque era muy tarde, ya casi la medianoche. Me sentí como el Grinch (personaje verde que odia la Navidad) y mi papá fue quien salvó la festividad. Ahora aquí estoy, vivo y no quemado por ese pavo”, dice entre risas.

Mar Rendón, llanto y berrinche por Papá Noel

La mayoría de niños tiene la ilusión de conocer a Papá Noel o que les deje un regalo bajo el árbol, en estas festividades. La cantante Mar Rendón era parte de esos niños que creían en el barbón y panzón de traje rojo, por eso cuando descubrió que era su papá el que se disfrazaba de ese personaje, su decepción fue muy grande.

“Estaba en la casa de mi abuelita con todos mis primos y llega Papá Noel con los regalos. Mis primos se emocionaron, pero yo vi que tenía puesto el reloj de mi papá, entonces empecé a chillar, a hacer relajo. Fue tan grande el berrinche, que le ‘cagué’ la Navidad a todos. Ahora lo recordamos con risa”, precisa.

Dayanara, un ‘batallón’ para comer

La cantante Dayanara dice que sus festividades no han sido locas, tampoco le ha pasado algo fuera de lo común, pero lo que sí recuerda es que el año pasado al fin pudo ponerse de acuerdo para ese día con su esposo, el actor Jonathan Estrada.

Normalmente, tenían que pasar corriendo en las cenas, para compartir con las dos familias (la de él y la de ella), pero como se casaron, pudieron unirlas. Cuando se dieron cuenta, eran más de 15 integrantes en la mesa. “Un batallón para la cena”, dice.

Otro momento que lo atesora en su corazón es cuando su papá venció la COVID en pandemia y pudo estar sano en la comida familiar. Ese año agradecieron con más intensidad a la vida por permitirles estar juntos.

“Por lo regular, siempre cenamos, hacemos karaoke, aunque a mí me da cosita cantar para la familia, me intimido”, dice entre risas.

Laura Bonilla, borracha y con strippers

Hace 10 años, cuando aún era azafata, la presentadora Laura Bonilla se quedó botada de un vuelo, precisamente para Nochebuena. El avión presentó fallas técnicas y no pudieron salir. Por eso aprovechó con el resto de la tripulación para ir a conocer un poco de Madrid, España.

“Fuimos a una discoteca en un barrio que se llama Chueca, no recuerdo bien, pero así se llama el sector. Bebimos y bailamos con los strippers. Yo me subí a un escenario y me quité la blusa. Me dieron hasta propina. Terminé la noche afortunadamente en mi habitación del hotel sana y salva, pero fue todo muy loco”, añade.

Explica que allá las fiestas empiezan tarde, así que regresaron al hotel a las 11:00, porque no conocieron límites en la farra. Todo fue un relajo, asegura.

Gigi Mieles, ¡Se pegó las pestañas!

Si hay un momento épico para la actriz Gilliam Mieles, es precisamente la Navidad cuando tenía 4 años. Aunque no recuerda exactamente cómo pasó todo, su familia sí.

Dice que su mamá la había vestido muy bonita para ir a una comida navideña con sus tías. La dejó lista con sus hermanas, hasta que ella terminara con su look, pero fue en ese lapso que a Gigi (como se la conoce artísticamente) se le ocurrió la idea de pegarse las pestañas con brujita (pegamento).

“Me quedé con los ojos pegados toda la noche. Les dañé la Navidad a mis papás, a mis primos y a mis tías. Mi mamá pasó toda la noche tratando de despegarme los ojos con cualquier tipo de aceite: industrial, de cocina, de cabello, todo lo que se les ocurrió. Si mis pestañas son chiquitas ahora, es porque se me ocurrió esa genial idea de niña”, explica.

María Teresa Guerrero, nieve como en las películas

Para la deportista ecuatoriana María Teresa Guerrero, hay una Navidad inolvidable y llena de mucha ilusión, pues disfrutó de un paisaje como en las películas.

En 2021 estuvo en Steamboat Springs, una ciudad de Colorado, Estados Unidos, y se quedó ‘boca abierta’ porque era un lugar llenó de nieve. Fue el día más frío que había pasado.

En realidad, la expresentadora acostumbra a viajar mucho en estas épocas, incluso este año pasará en Seattle.

Carolina Aguirre, una tremenda cena para dos personas

Si pudiera describir varias de sus Navidades, las llamaría “un poco bizarras”. La cantante Carolina Aguirre dice que hay una en especial que no olvida, y que vivió en compañía de su mamá.

“Como éramos las dos, dijimos que no íbamos a cenar nada especial, solo un pollito, algo que podamos comprar, o un sánduche de jamón. Pero llegaron las 16:00 y se nos ocurrió preparar una cena. A esa hora fuimos al supermercado, compramos pavo semidescongelado, así como nosotras hay gente que deja todo para último minuto. Se nos demoró en terminar de descongelar seis horas”, narra.

Durante todo ese tiempo pasaron metidas en la cocina, ya para cuando estaba todo listo, “terminamos un mar de sudor”.

“Comimos riquísimo, tanto esfuerzo para sentarnos a comer las dos un pavo. Como solo éramos las dos, nos sobró hasta junio, creo”.

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