¿Quién llama a mi puerta? “¡Hola chicos! ¿Cómo están, babies? Bienvenidos al mundo de La Mofle, vengan”. Así recibe la actriz Flor María Palomeque, en su papel de La Mofle, al equipo de EXTRA, para mostrarle su cuarto, un espacio especial en el que ha recopilado la mayoría de las cosas relacionadas con su personaje, que la ha acompañado durante casi 23 años.

(Lea también: La pareja feliz sale del baúl de los recuerdos)

“La Palomeque (la menciona como si fuera otra persona) me hizo este cuarto porque mis cosas estaban en todos lados: en el armario de la hija, en el de ella, en el estudio, en todos lados. Ahora tengo hasta un cajón especial en el que guardo mis rulos. Tengo el primer vestido con el que salí al escenario”, dijo, mientras mostraba con emoción cada objeto, como una niña cuando enseña sus juguetes nuevos.

Mientras lo hacía, abrió su corazón y narró cómo La Mofle ha sido parte de su vida, cómo estuvo presente durante el crecimiento de sus hijos y lo terapéutico que ha sido para ella. La Mofle le ha enseñado a amarse con sus kilitos de más y a sentirse “riquísima”, pese a todo, ya que en ocasiones se le suele olvidar.

Mi Mofle, tienes una colección de muñecas, ¿qué significan para ti?

Son muy especiales, son mis hijas. Sé que mucha gente quiere tenerme cerca, así que decidí mandar a hacer muñecas para que lo puedan hacer. Las mías no se venden, porque hay una que tiene mis rulos de verdad, pero tengo muñecas de todos los colores, porque se les cambian los vestidos como a la Barbie.

¿Hay alguna especial?

La muñequita que me regaló Efraín Ruales (la mira y suspira). ¿Qué lindo, verdad? Víctor Aráuz me dio otra muñequita que la cuido mucho. También tengo un bolón en forma de trofeo (El bolón de oro) que me dieron cuando hacíamos ‘No culpes a la Mofle’. Aquí tengo todos mis recuerdos.

Mientras revisaba su armario para mostrarnos sus vestidos, agarró uno con un estilo a Napoleón Bonaparte. Ese lo usó cuando fue invitada a una entrevista con Luis Eduardo Vivanco.

Fui y canté la canción: ‘Una vez actué en televisión’ (lo cuenta cantando), cuando intentaron callarme. Pero bueno, aquí estoy, y aquí lo tengo de recuerdo (menciona como indirecta, incluso en 2017 recibió amenazas de muerte).

Dicen que la Mofle empodera a las mujeres, ¿es cierto?

¡Obvio que sí! Cuando uno es segura de sí misma, habla lo que quiera. Yo sigo triunfando y brillando. Hay muchos que quieren verme apagar, pero mi luz viene desde el alma, entonces no se va a apagar, ¿sí me entiendes?

¿Cómo asimilas las críticas que te han hecho?

Es que, ¿sabes qué?, lo que te estoy diciendo, cuando tienen oscuridad, quieren apagarte. Entonces, ñaña, como yo llevo alegría y felicidad a los ecuatorianos, me querían ver caer (prefiere no dar nombres), pero no lo lograron, aquí estoy bien parada. En agosto cumplo 23 años, ¡una cosa de locos!, pero bien vividos.

¿Qué le aconsejarías a Flor?

Que coma más, que disfrute, que deje de estar pensando ‘ay, por gusto me comí esto’. No digas por gusto, cómetelo y disfrútalo. Ella no lo puede disfrutar porque siempre está pensando en que tiene que hacer dieta y yo por dentro estoy: cómetelo, cómetelo, mañana haces ejercicio, si quieres, te das tres vueltas a la urbanización, pero la Palomeque es media vaga también. La veo echada y dice ‘ay, es que tengo trabajo’. ¡Perdóname! El que quiere bajar de peso se levanta a las seis de la mañana. Palomeque, ¡despiértate, mijita!. Todo el tiempo dice que quiere bajar de peso y no ha bajado ni una libra porque ha estado acostada durmiendo. Tiene que ser rica para el esposo, pues.

¿Y en la intimidad?

Soy experta en convivencia marital, más fogosa que antes de la pandemia. Totalmente reactiva y sensible a los temas sociales, humanista y ‘sexióloga’. Los hombres también necesitan que los conquisten, también tiene que aplicar la de Cristóbal Colón, que descubrió América, entonces los hombres son así, ya cuando conquistan un territorio (Mujer) quieren ir por otro, entonces es cuando viene la ley del yoyo, que le das, le quitas, le das, le quitas. Ahí viene la astucia de la mujer. El hombre siempre va a querer estar mirando por otro lado y afuera, mija, la arepa está que abunda. 

¿Qué quisieras copiar o tener del personaje?

Esa facilidad que tiene para vivir. Para ella las cosas malas y negativas siempre las transforma y le ve lo bueno a todo. Eso me encanta.

¿En algún momento no sentiste que te convertías en ella?

Siento que le doy lo mejor de mí, porque creo que tengo una misión en la vida con ella. Me pasó un caso con un chiquito que tenía cáncer, por el cual fui a Solca. También me han escrito madres contando que sus hijas sufrían de bullying y viendo a la Mofle frenaron ese comportamiento, también niñas que sufrían de depresión y vieron un video donde la Mofle decía: ‘Dios, qué bueno estar sola, sin tener amigas hipócritas. Cuando estoy sola estoy conociendo a mi mejor amiga, que soy yo misma’. Por eso, no he dejado de hacer a La Mofle.

¿En qué se parecen?

En nada (Risas). Quizás en que soy una mujer que no se deja, pero yo tengo filtros, ella no. Yo me pongo más metas. La Mofle vive su día a día.

Son 23 años interpretándola...

Sí, en agosto también cumplo los mismos años con mi esposo. Este personaje nació cuando entré a trabajar a Ecuavisa.

(Lea también: Vuelven más vivos que nunca)

¿Cómo tomaron tus hijos a este personaje?

A Robertito le encantaba, pero Isabelita me tenía terror. Mi mamá me llevaba a mis hijos para que los vea media hora y continuara grabando (cuando estaba en TV) porque trabajaba 14 horas seguidas. Mi hija no me quería cuando me disfrazada, pero fue gracias a Tiko Tiko que me aceptó, porque en una ocasión entró al estudio y ella se asustó. Como no vio a mi mamá, ni a la niñera, me abrazó y desde entonces cambió conmigo. Me tenía terror a los 2 o 3 años, no me quería ver. Florcita fue maravillosa. Creé la magia de que éramos dos personas distintas. Roberto me sacaba en el carro para que piensen que ya me iba de la casa y por la puerta de atrás, me quitaba todo el vestuario; entraba a la casa siendo Flor, hasta que un día Fiorella me quedó viendo y dijo: ‘esas uñas son igualitas a las de mi mamá. Yo creo que eres mi mamá’. Pero fue durante un en vivo que, siendo La Mofle, se me sale decir: ‘Mi amor, no interrumpas que estoy grabando’. Fue cuando se dieron cuenta y me dijeron que eso no se hacía porque es mentir.

¿Qué te dicen tus hijos por ser un personaje público?

Al inicio Robertito no quería salir conmigo al mall porque me pedían fotos, pero ya después comprendieron y se dieron cuenta de cómo es el ‘teje y maneje’ de la farándula. Ahora lo aceptan. Justo hace poco mi hijo dijo: ‘Ah, es La Mofle’ (de una mala manera). Le respondí que debía estar agradecido, porque por La Mofle comemos, por y gracias a ella somos lo que somos. Me miró y me dijo que era verdad. Amo a La Mofle. Es parte de mi vida.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!