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Farándula
El cuartel de las locas: Divertidas y explosivas situaciones de cuatro amigas en el escenario
Cecilia, Hilda, Alejandra y Claudia se unen en la obra 'El cuartel de las locas', con divertidas y explosivas situaciones en el escenario
Como ‘panas’ aseguran que son explosivas y divertidas. Por eso, para Cecilia Cascante, Hilda Saraguayo, Alejandra Paredes y Claudia Camposano, juntarse en un escenario, más que un trabajo, es una especie de terapia en la que disfrutan haciendo ‘locuras’.
Como en una ocasión -cuenta Cecilia- que de tanta risa se hizo ‘pis’ en una grabación, o como cuando Hilda se fue de boca bailando con una silla en una obra teatral.
Este cuarteto “de verdaderas actrices”, como se denominan, son las protagonistas de la comedia ‘El cuartel de las locas’, escrita y dirigida por Jorge Toledo, de 53 años.
“Toda mujer tiene su clan con el que se junta y se siente en confianza para hacer locuras. Así es la obra, donde salen a relucir muchas verdades, incluso que una cometió un delito”, indica Alejandra.
Hilda y Claudia parecen niñas con juguete nuevo, ya que será la primera vez que trabajarán juntas en teatro.
“Con Claudia tenemos una amistad de muchos años, pero siempre o yo la voy a aplaudir o ella a mí, pero nunca compartiendo en las tablas”, comenta Hilda.
Y es que reconoce que en lo personal han compartido tantas anécdotas y es esa complicidad la que les da mayor autenticidad al momento de actuar.
“Cuando estaba soltera fui a ver a Hilda e hicimos la fiesta entre las dos. Después se unió otro amigo, se terminó lo que tomábamos y nos pusimos a hacer postas para ir a comprar cervezas y terminamos bailando en la lluvia”, declara Claudia.
“Mi papá le decía huele lejos, porque siempre llegaba a la hora de la comida”, agrega Hilda entre risas.
“No era a propósito”, explica la aludida.
Cecilia recuerda que en el teatro, con solo mirar a sus compañeras o acordarse de alguna vivencia con ellas, le da un ataque de risa incontrolable.
“No sé si es por los nervios, pero siempre en el escenario estoy con ganas de hacer pis y si me rio es peor. En una grabación de Toño Palomino, Martín (Calle) salió con alguna cosa y ahí literal, me oriné de la risa”.
Era la primera vez -agrega- que trabajaba con Martín, quien después se convirtió en su esposo.
Hilda cuenta la vez en que se cayó cuando bailaba con una silla. “No sé si fue la euforia, pero fui a dar al piso, pero quedó tan bien que se estableció para las otras presentaciones”.
“Es que ella es muy torpe”, agrega Claudia Camposano entre la ‘joda’.
Mientras que Alejandra confiesa que en un arranque de entusiasmo se hizo un tatuaje donde la espalda pierde su nombre.
“Estaba en Los Ángeles y en una máquina de chicles me salió una cajita con un tatuín, me gustó y me lo tatué. Después me arrepentí y recién hace cinco años me lo quité, acá no me atrevía a hacer eso por mis padres y mi familia”.
“Así somos dentro y fuera del escenario. Estamos en una edad madura en la que nos entendemos, apoyamos y disfrutamos haciendo lo que tanto nos apasiona”, concluye Claudia.
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