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Gente joven: Castillo, Caicedo, Hincapié y Plata.Cortesía

¡Tenemos Tri para soñar hasta el 2030!

El entrenador dice que las ‘batallas’ -como la de Chile- sirven de mucho a los chicos, que van madurando con el fútbol y los buenos resultados.

De 19 a 24 años son las caras nuevas de la Tricolor. Eso es lo que ha conseguido el entrenador Gustavo Alfaro en los 14 partidos que ha dirigido a Ecuador. El recambio ha sido tan rápido que todavía hay muchos hinchas que buscan datos de los nuevos elementos.

Lo de Alfaro es presente y futuro. Este equipo da por lo menos 10 años más y a la espera de los que se “están matando” en cancha para que el ojo del entrenador los vea. Vamos camino a Catar 2022, pero la juventud de esta selección da para pensar seriamente en Estados Unidos - México 2026 y, más aún, estos chicos van a estar en lo mejor de su carrera para el 2030, con harta experiencia.

Después del 2-0 ante Chile, Alfaro, quien había recibido “palo” al inicio por creer a ciegas en estos rostros desconocidos, deja clarito que su trabajo es para que lo disfruten los 17 millones de ecuatorianos.

“Este es el plantel más joven de todas las eliminatorias y tenemos la fortaleza para soportar las críticas, los jugadores están fuertes y miran más allá de todo eso. Estos chicos van aprendiendo de estas batallas. Ecuador puede tener una selección que dará muchas alegrías”, dice Alfaro.

Y saca pecho al expresar: “El equipo ganó una difícil final. Nunca Ecuador pudo triunfar en Chile. Les dije a los jugadores que vinimos por cambiar la historia”.

A callar se ha dicho

Alfaro es un hombre de fe, cree con los ojos cerrados en sus futbolistas. Un ejemplo es Pervis Estupiñán, a quien muchos ‘especialistas’ de las redes sociales pedían a gritos que lo cambie. Pero eso no va con el DT y, el martes pasado, con un golazo el defensa mandó a callar no solo al público chileno presente en el estadio, sino también a sus críticos.

El entrenador reveló que antes del partido “hablaba con Ángel Mena y Pervis Estupiñán, ellos me expresaban que estaban convencidos de que ganábamos el partido”. Y sus ‘niños’ no le fallaron.