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Patricio Urrutia, el entonces capitán de Liga de Quito, fue el encargado de recibir el trofeo de la Libertadores en el mítico estadio Maracaná.ARCHIVO / EXTRA

Doce años después, el logro de la Libertadores aún les pone la piel de gallina

Enrique Vera, Norberto Araujo y Patricio Urrutia, protagonistas de la histórica conquista de Liga de Quito en el Maracaná, rememoran el acontecimiento

Han pasado doce años desde la histórica conquista de la Copa Libertadores por parte de Liga de Quito, y sus protagonistas sacan pecho porque este logro que no ha sido replicado por otro equipo ecuatoriano.

Tres jugadores clave de la hazaña alba contaron anécdotas de lo vivido el 2 de julio de 2008 en el mítico estadio Maracaná de Río de Janeiro (Brasil).

Patricio 'Pato' Urrutia, quien fue el capitán de los universitarios, resaltó que “cada vez que pasan los años vemos que ganar una Libertadores no es fácil. Ese año fue muy bueno para el equipo y esa conquista se vuelve más grande con el paso del tiempo”.

El Pato, que recibió el trofeo en sus manos tras una noche mágica, destacó la figura del técnico Edgardo Bauza, quien “logró sacar la mejor versión de cada uno”.

Gratos recuerdos

Enrique Vera, otro de los jugadores, coincidió en este punto y señaló que “el Patón tenía las palabras necesarias para acomodar al grupo en cualquier momento. Fue el pilar fundamental para la consecución de aquella inolvidable Libertadores”.

También recordó que en la final ante el Fluminense “estaba contracturado, ya sin fuerzas para nada en los tiempos adicionales, pero era imposible salir en una final. Nos jugábamos la Copa Libertadores. Ya el físico no alcanzaba, pero el corazón y las ganas me dieron ese empuje”.

Confesó que cada vez que mira las imágenes o revisa notas sobre la definición de la Copa, “aún se me pone la piel de gallina, parece que fue ayer todo. Además, coincide con el cumpleaños de mi señora, el festejo es doble”.

Un equpo de virtudes

Norberto Araujo, bastión de la zaga alba, comenta que “es increíble cómo han pasado 12 años, ahora vemos la magnitud de lo que logramos, es algo muy importante que ahora valoro mucho más”.

Enfatizó que la conquista del título continental fue fruto de un proceso que inició en 2006 y que “el equipo estaba convencido, conocíamos las virtudes y defectos que teníamos”.

Tanto Araujo como Vera esperan volver a Liga (Q), pero como entrenadores. Rambert en las divisiones inferiores y el Beto en el equipo principal, “lo que sería un honor por el cariño enorme que le tengo al equipo”.