En la final del campeonato de la Liga Barrial San Carlos, al norte de Quito, una tanda de nueve penales resolvió el título a favor de Scorpions, equipo donde uno de sus fundadores, Francisco Peñaherrera, literalmente puso a prueba su corazón. Él hasta hace unos meses arquero titular, no pudo estar en la recta final del torneo por un problema cardiaco congénito que lo llevó al quirófano hace solo un mes.

Francisco es uno de los fundadores del Scorpions, plantilla que surgió en 1991 para darle continuidad a Occidental, equipo tradicional que había fundado su padre en la misma liga. Pese a ello, el joven tuvo la iniciativa de formar un nuevo club junto a varios amigos del colegio San Gabriel y desde entonces vienen siendo animadores del torneo, aunque los títulos les han sido esquivos. De acuerdo con los registros, el del reciente domingo fue apenas el segundo en toda su historia.

Pero levantar el trofeo no fue fácil, al problema de salud del arquero se le sumó en la disputa una dosis de nervios y sufrimiento. Una intensa lluvia en la capital provocó que la cancha de tierra estuviera llena de charcos, resultando imposible el fútbol, pues si no se detenía el balón por el agua, o picaba demasiado en otras áreas, las disputas terminaban en resbalones y choques.

Por la misma dificultad, la disputa entre Scorpions y Talleres se extendió a los penales, donde no fueron suficientes los cinco de una ronda habitual, ya que la igualdad se sostuvo hasta el noveno penal para cada equipo.

En el estadio, la ansiedad se sintió en cada nuevo cobro, más aún cuando el ´Chavito´ Carlos Jama, arquero de Scorpions, ya había estado a punto de atajar en tres ocasiones; sin embargo el joven que llegó a reemplazar a Peñaherrera acabó siendo fundamental en el título. Tras haberlo intentado en cada penal, una de sus voladas fue efectiva, por lo que solo restó que el último de sus compañeros, coincidencialmente su hermano, Daniel Jama, no fallara el noveno cobro. Y así fue.

Corazón puesto a prueba

En los festejos, Francisco Peñaherrera, el cofundador con la afectación cardiaca, no pudo contener la emoción. Charlando con EXTRA, su voz se entrecortó varias veces al celebrar un título nuevamente 25 años después y luego de atravesar uno de los momentos más difíciles de su vida. “Fue complicado, siempre hay riesgo de muerte en esas operaciones, pero si ya aguanté esto, ya aguanto cualquier cosa”, dijo con una sonrisa.

Su amigo, Patricio Yugcha, tampoco pudo evitar las lágrimas en el festejo y al compartir un abrazo con Francisco aseguró: “Para nosotros fue muy duro enterarnos a mitad de campeonato del problema que tenía. Él se sentía algo cansado después de jugar, se hizo chequear y se encontró que tenía una arteria coronaria mal ubicada, que ante un esfuerzo mayor podría obstruirse y él podía fallecer de una muerte súbita”, relató apenado. Pese a la mala noticia, la buena fue que Francisco estaba a tiempo y que coincidentemente su hermano, Eugenio, también fundador del equipo, y otro amigo en común, Patricio, eran médicos. Ellos lo guiaron y acercaron a un especialista cardiaco que lo atendió y con quien aún está en observación.

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