En un partido “más o menos” no más, IDV y la U. Católica se repartieron el balón, los ataques, las salvadas y el marcador. Los del valle, aun no cuajan y tampoco ganan y; los santos -con suerte y la acostumbrada yapa de medio gol del regalón arquerito Ramírez- deben afinar sus transiciones al ataque: por ahí les madrugan.

Los IDV tuvieron la posesión del balón el 49%, hicieron 418 pases, remataron 10 veces y 7 al arco. Los celestes, la pelota en el 51%; con 422 pases, remataron 11 veces, con 3 al arco: datos calzan de un juego que terminó en empate.

CANGÁ, UN COMANDO EN LA DEFENSA CELESTE

La celeste tuvo una figura de bajo perfil pero determinante, el central Luis Cangá: sin su presencia, el resultado era otro. Auxilió siempre a su compañero Chancellor quien, tras larga para, aun luce lento y lejos de su mejor versión.

El impecable Cangá reveló un central completo y diferenciado: nunca pierde el radar en su territorio, lidera y auxilia a su zaga y ostenta maneras lúcidas en jugadas de altísimo vértigo y asedio: 12:37, una sacada de la línea y dos más, a los 39:00 y 73:01.

RABANAL EN CIERNES, MARTÍNEZ SE LA JUEGA

Los ataques de IDV mostraron el libreto de Rabanal: jugar seguro, con orden, con explosión y brillantes pelotas largas entre líneas; esperó el ímpetu celeste. La Católica de Martínez empuja, pero no la mete. Se expuso al riesgo que impone buscar el partido.

EL BENDITO GOL A LA SALIDA DE MISA

Los vallunos se adelantan al minuto 8, tras córner de Patrick Mercado al frentazo de Zárate, que irrumpe entre los centrales, cabeceando a centímetros de sus caras. La resurrección del santo llegó a la salida de misa: 93:26.

A segundos de perder, la Católica cobró una nueva graciosa salida del arquerito Ramírez quien, con un matamoscas, salió a cortar el centro de Daykol Romero: el frentazo de Ismael Díaz marcó el milagroso empate.

El católico Martínez tiene un activo: su cuadro fluye, ejecuta su idea. Su pasivo, se reitera: al buscar, deja espacios; un detalle que se agrava ante la carencia de eficacia de sus goleadores.

El DT Rabanal trabaja: el equipo crea y responde a las coyunturas del partido; es cuestión de tiempo. Con la celeste -de no mediar la clase de Cangá- cobraba el bono de la victoria.

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