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Leonel Montoya, pura pasión alba
Parte de las cenizas de Leonel Montoya, exentrenador de Liga de Quito, fueron trasladas al estadio del equipo. Dos exjugadores recordaron su legado.
“Un hombre así opaca a todos los demás. Fue una persona con tanta calidad humana”. Así es como el exfutbolista Bolívar Ruiz recuerda a Leonel Montoya, quien fue no solo su entrenador, sino también su mentor y su gran amigo.
De hecho, el Bolo fue quien acompañó al colombiano en sus últimos momentos de vida y hasta después de eso. “Ahora estoy encargado de que nos entreguen las cenizas, de llevarlas al estadio... la familia está devastada y debe haber alguien que mantenga la calma”, comentó Ruiz a EXTRA. Él fue, incluso, el encargado de llevar a Montoya al hospital la tarde del martes, un par de horas antes de su fallecimiento.
Montoya, de 88 años, murió a causa de un infarto, causado por un fallo cardíaco que lo aquejaba desde hace varios años. “Estamos agradecidos con las autoridades de Imbabura que recibieron a Leonel en el hospital inmediatamente, aún con todas las complicaciones médicas por las que atraviesa el mundo”, indicó Ruiz.
El Bolo conoció a Montoya en 1986, cuando el ‘profe’ colombiano lo refirió para que vaya a jugar a Liga de Quito. Fue precisamente en ese club donde el cafetero hizo su mayor legado en el fútbol local.
“Yo era el mimado. No me daba tanta carga física porque luego yo le respondía en la cancha. Algunos se le quejaban y le decían ‘¿por qué Polo entrena menos?’, pero él me defendía. Fue el mismo Leonel quien me llevó a Liga de Quito en 1975”, recordó.
Ese año, el Rey de Copas jugó un partido por Copa Libertadores ante Deportivo Cuenca, en Guayaquil. Los albos resultaron ganadores y, cuando llegaron al camerino después del cotejo, el directivo Rodrigo Paz bañó a Montoya con champaña.
“Son de esas cosas que no se olvidan. El ‘profe’ hizo mucho por mí, por Liga”. El colombiano había hecho su vida en Ecuador, después de tener una carrera como futbolista por desaparecidos clubes como Atahualpa, Quito Moderno y Atlanta. “Pero tuvo un accidente de tránsito en los 70 que ya no le permitió seguir jugando. Desde allí, siempre se lo recuerda caminando con su bastoncito, que fue su soporte”, manifestó Carrera.
El ídolo albo
El cuerpo de Montoya fue cremado ayer y parte de las cenizas fueron desplazadas hacia el estadio Rodrigo Paz Delgado, en el norte de Quito. Carrera enfatizó en que la muerte del exentrenador no tuvo ninguna relación con el COVID, algo que se había especulado.
Ruiz explicó el homenaje que Montoya recibiría una vez entregadas las cenizas a la familia. “Se va a colocar un cofre con parte de las cenizas en una de las vitrinas del estadio de Liga. La otra parte se quedará con la familia en Atuntaqui”, comentó.
Montoya, además de haber sido entrenador azucena (también dirigió a plantillas como El Nacional y Deportivo Cuenca), escribió libros y hasta grabó un disco en homenaje al Rey de Copas.
El más reciente texto de Montoya es ‘Liga campeón de América’, una obra que recorre el camino del club hasta convertirse en el primer equipo ecuatoriano en levantar el trofeo de Libertadores, en el 2008.