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Kaviedes: “Me aburrí de esa vida”
Tiene dos años en recuperación. Vive en Paute y a sus 42 ‘vueltas’ jugará en el Aviced FC de la segunda categoría del Azuay.
Tiene 42 años y en el fútbol ha ganado todo lo que ha querido. Su apellido es una marca inalcanzable en Ecuador. Todo lo que haga o deje de hacer Jaime Iván Kaviedes siempre tendrá repercusión.
Su calidad como jugador es única, sus problemas extrafutbolísticos le han costado caro y lo han dejado fuera de las canchas por muchos años.
Ahora vive en Paute, Azuay, y entrena para jugar segunda categoría con el Club Aviced FC de Gualaceo.
En diálogo con EXTRA, el Nine trató de manera frontal los temas que han sido polémica en su vida.
Con 42 años, llega con las ganas de un juvenil al Aviced. “Si quieres te paso un par de vídeos de unos goles que me salieron”, es lo primero que dice Kaviedes cuando, en la medianoche, recién llegaba de una cancha en Paute. Se ha tomado en serio su vuelta al fútbol a la edad que tiene. Ha estado dos años sin jugar, viviendo tranquilo en ese lugar de Azuay.
¿Cómo presiente su regreso a la cancha?
Pensé que sería más duro y extraño volver a los entrenamientos. Tengo 10 días trabajando y parece que la pelota sigue siendo redonda y sí me hace caso. Sigo haciendo lo que me gusta, quiero transmitir lo que tengo en mente y en mi corazón, mucho de lo que me ha dado el fútbol.
Lo importante es que la pelota la sigue viendo redonda.
El mejor lugar donde me siento feliz es en la cancha. En los entrenamientos de ahora, a más de competir con otra persona, lo hago conmigo mismo. Tengo la batalla por el aspecto físico. Los chicos ahora vuelan, no sé si puedo equiparar la diferencia, pero estoy seguro de que estaré listo para el primer partido.
Físicamente ¿cómo está?
Tengo mucho que recorrer por el tema físico, la edad y otras cosas. Pero hacemos posible lo imposible.
La técnica, el cambio de ritmo y la experiencia que tiene ¿la puede suplir con el físico que falte?
Claro, solo que a veces hay cosas que están en la cabeza, las quieres hacer con los pies y no te salen. Pero me pongo a punto, entreno solo en las mañanas y en las tardes con el plantel. Hago un esfuerzo para estar bien. Cuando entreno me gusta dar todo. La semana pasada tuve una infiltración de la rodilla, pero ya estamos recuperando la movilidad.
¿Para Kaviedes el sobrepeso ha sido un problema?
Aunque no lo crean, subí 10 kilos y cuando entrenaba en casa traté de bajar de peso. Volver a jugar es un sueño que tengo y a los sueños hay que darles estructura y esfuerzo cada día.
Dos años que ha estado desaparecido de las canchas.
Llevo dos años en recuperación, he vivido situaciones difíciles, la adversidad me hizo crecer. Y uno hace conciencia de lo que ha hecho también.
Ahora toca salir adelante. Claro que el pasado me lo recuerda la gente a cada rato. Pero uno es como quiere y no como la gente piensa que es.
¿Y cómo es Kaviedes en realidad?
Tomé caminos equivocados, pero de lo malo pasé a lo bueno y ahora voy por lo mejor. Creo que estoy en la línea correcta y me toca luchar siendo una mejor persona, vencer muchas situaciones es el reto que me pone la vida. No te olvides que la gente te señala con tres dedos y los dos son para ellos.
Muchos lo critican.
Se dicen muchas cosas, pero eso no me cambia, me quedo con la gente que habla en positivo, eso ayuda. Sigo caminando.
¿Por qué jugar en el Club Aviced FC de Gualaceo?
Está cerca de donde vivo, que es Paute. Tenía dos opciones, una en un equipo de Santo Domingo y la otra la de Aviced, pero me decidí por la segunda.
¿Por qué vive en Paute?
Hace dos años tomé en serio lo de mi recuperación por la vida que llevaba. Vine a un programa, porque me cansé de las cosas que hacía y dije ¡basta! Gracias a Dios sobreviví.
Ya no vivo de mi pasado y solo lo considero una experiencia más. Ojo, lo mío fue después que dejé el fútbol, nunca tuve problemas de adicción siendo un jugador.
Recién tomé alcohol a los 31 o 32 años. Mucha gente puede confirmar que eso es verdad. Ahora me tiene contento el presente, porque sigo aguantando la vida. Nada es fácil, como manifiesta Gerardo Mejía en una canción. Hay que seguir adelante.
Kaviedes vaticinó que sería el goleador de Ecuador y él puso la anotación para clasificar al Mundial, ¿da miedo cuando dice las cosas?
Las cosas las digo de corazón y porque las siento. Esa vez dije eso y salió así, porque estaba convencido de que se darían como lo imaginé. Fue el gol de todo un país. Seguro que no lo creíste en esa ocasión.
¿Qué le falta hacer en la vida?
Quiero ser una mejor persona. Un triunfador y en algún momento unir a todos mis hijos, ¡que son nueve! Sé que he sido un irresponsable con ellos por mucho tiempo y ahora quiero estar a su lado. Me faltan muchas cosas por corregir. Me aburrí de la vida que llevaba. En la actualidad me levanto todos los días con ganas de vivir, se me ha hecho un sano hábito. Me gusta la vida que llevo y es difícil dejar este camino que emprendí. Sé que la vida te pasa factura, pero trato de no quedarme en el pasado y añoro tener un buen futuro.
¿La vida le pasó la factura?
No pienso de esa manera, creo que soy un bendecido, solo que a veces no nos damos cuenta. La gente piensa que no se puede cambiar de la noche a la mañana. Pero lo que me ha faltado en mi vida personal y deportiva es mantenerme y ahora lo hago. Conquisto lo que no se puede comprar con dinero y eso lo logro día a día.
¿Es cierto que quiere jugar en el Capwell?
Voy a marcar un gol en la Explosión Azul. Hasta ahora no he hablado con la dirigencia, pero sí lo he hecho con la vieja guardia de la Boca del Pozo. Faltan muchos meses y hay que ver qué pasará con esa locura. En una madrugada conversé con los aficionados. Si no me invitan al Capwell, como no tiene mallas, ingreso a la cancha y lo convierto.
La chilena al FC Barcelona siempre la recuerdan en Europa...
Eso me da tranquilidad, soy muy simple cuando se dan esas cosas. Eso no me cambia el rumbo de la vida, pero me recuerda que la gente me quiere más afuera que dentro de mi país. Veo lo positivo y agradecido por ser bendecido. Lo que me molesta es que la gente dice otra oportunidad para Kaviedes, pero no sabe lo que me ha pasado y lo que hago para llegar a tener las nuevas oportunidades que Dios me da.