Llega con los carnets de cancha en la mano y se los va dando uno a uno a los jugadores. En sus brazos tiene a la pequeña Valentina. Es Gabriela Cabrera, habitante de la ciudadela Elvia María, de Milagro, quien ha visto en el fútbol el mejor pretexto para que los chicos de su barriada tengan actividad deportiva.

Es día de fútbol en el estadio de Valdez, en el torneo Ciudad de Milagro Copa Diario EXTRA, y Gabriela entra en acción.

Elvia María no es una escuela de fútbol ni un club, es un grupo de chicos de menos de 16 años que se juntan para practicar deportes.

En realidad lo que se hace en la Elvia María y con el fútbol es una labor social, donde el objetivo es que los pequeños tengan la posibilidad de mostrar su juego, y si por ahí sale un candidato para el fútbol profesional, alabado sea Dios.

Muchos de los chicos mezclan su trabajo con los entrenamientos. Cabrera es esposa de Juan Pablo Albán, otro enamorado del fútbol; su hija Aylin juega fútbol al igual que Beto en la sub-16 de varones, mientras que Valentina, la más pequeñita, la acompaña.

“Tenemos muchos chicos, pero todo lo que se hace es con la autogestión de los padres, de personas que les gusta colaborar. Hacemos rifas, vendemos dulces”, explica Gabriela, quien se ríe cuando se le dice que es como dirigente y entrenadora.

El equipo tiene a 6 chicos de Naranjito, el resto es de Milagro 

Cuando pueden consiguen dinero para poder pagarle a un entrenador para que los dirija lunes, miércoles y viernes, de 19:00 a 21:00.

Los chicos a doña Gabriela la ven como su dirigente o una madre. Aquí para ella el resultado es secundario, porque el solo hecho de ver que los muchachos disfrutan de los partidos y entrenamientos la hace feliz. Además, los pequeños se entretienen y tienen su mente ocupada.

Cabrera anhela que al equipo Elvia María alguien le dé la mano para seguir en los entrenamientos. Por ahora el torneo Ciudad de Milagro Copa Diario EXTRA ha sido la vitrina para mostrar su juego.