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Al parque de El Arbolito llegaron miles de hinchas de Aucas, cerca de la medianoche, para saludar a los flamantes campeones.ANGELO CHAMBA / EXTRA

La farra auquista fue hasta el amanecer

Los festejos empezaron en la cancha y continuaron en las calles del centro y sur de la capital. El frío ni el horario no afectaron la celebración por el título de LigaPro.

El pitazo final de Luis Quiroz desató la fiesta de los hinchas de Aucas en el estadio Gonzalo Pozo y en los hogares en la capital la noche del domingo 13 de noviembre. Lágrimas, abrazos y sonrisas eran la tónica de los hinchas del Papá al cumplir el sueño de ver campeón al equipo de sus amores.

Pablo Montalvo, de 52 años, resaltó que su abuelo y mamá le inculcaron el amor por los colores oro y grana, y que “ellos lo festejan en el cielo”. 

Agregó que los aficionados orientales saben sufrir, como con el penalti en favor de Barcelona, que fue desviado por el golero Hernán Galíndez. “Sin sufrimiento no es el Aucas. Es la primera alegría de muchas que vendrán. Que se cuide el resto de equipos”, afirmó emocionado.

La fiesta que inició en el estadio continuó en las calles, donde los hinchas esperaron con paciencia la salida de sus ídolos. En dos buses descapotables aparecieron los jugadores, cuerpo técnico y dirigentes para iniciar una caravana.

El técnico venezolano César Farías dejó el estadio del Aucas pasadas las 02:30.CORTESÍA

En el camino por el sur y centro de la capital, los aficionados saludaban a los campeones. Pese al estar cerca de la medianoche y al intenso frío, miles de aficionados se dieron cita en el parque El Arbolito, donde en los años 40 y 50 existió el estadio que fue el fortín de Aucas. 

“Es una inmensa alegría. Es algo histórico, no importan la hora ni el frío, los jugadores se merecen este cariño”, confesó Eduardo Vaca.

Tras pasar por El Arbolito, el recorrido regresó a la Caldera del Sur, donde siguió el festejo. En la madrugada de lunes 14, de a poco, los futbolistas fueron dejando el escenario. El último en salir fue el estratega Farías, uno de los que más disfrutó en la caravana de los campeones.