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Esposa de Ánthony de Ávila afirma que sus amigos le han dado la espalda
Lyda Valenzuela, esposa de Ánthony De Ávila, asegura que las amistades del exjugador colombiano de Barcelona lo han dejado solo.
Este martes 20 de septiembre el ídolo del América de Cali, Ánthony De Ávila, completará un año en prisión.
Su esposa, Lyda Valenzuela, se abrió con los medios de comunicación para relatar el éxodo que ha significado vivir de cerca toda la situación que atraviesa el Pipa, exjugador de Barcelona quien fue vinculado con el tráfico de drogas .
La mujer confiesa que desde su detención hubo circunstancias muy extrañas, como su acusación y captura, pero que de inmediato se puso en contacto con el equipo legal para buscar soluciones.
No obstante, confesó la soledad con la que se topó en medio de pedidos de auxilio y ruegos al círculo de amistades del Pipa.
“Me cansé de tocar puertas, de pedirle ayuda a mucha gente, exjugadores que compartieron con Ánthony, directivos, entrenadores, hinchas, políticos... Dijeron que nos iban a ayudar, pero nunca aparecieron. Me siento sola. Ese amor que le profesaban a Ánthony cuando era jugador y después de su retiro, no lo veo; pero Dios sabe cómo hace sus cosas”, dijo.
Aun así, reveló en entrevista con el diario El País la sorpresa que se llevó cuando se reunió con su esposo en Nápoles, donde se encuentra recluido.
“Pensé encontrar a Ánthony derrotado, desanimado, pero al contrario, lo vi fuerte. Más bien fue él quien me dio ánimo a mí, me dijo que estuviera tranquila, que todo se iba a aclarar y él iba a salir de la cárcel”, contó.
También comentó cómo avanza el proceso. “El abogado está trabajando, nos ha dicho que estemos tranquilos, que hay cosas que juegan a favor de Ánthony para que se dé su libertad”.
“Como familia nos tocó reunirnos en Santa Marta y hemos tenido que vender propiedades para reunir parte de lo que cobra la defensa de Ánthony... Aún falta, pero no tenemos de dónde sacar más”, finalizó.
Lyda Valenzuela volverá a Nápoles el 25 de octubre y permanecerá hasta diciembre en esa ciudad, para acompañar a Ánthony de Ávila.
Sus allegados aseguraron en su momento que el exfutbolista viajó a Italia acompañando a unas jóvenes promesas del fútbol, en busca de oportunidades deportivas. Además, que el Pipa viajó por temas laborales con una constructora que opera en Italia.
Las informaciones judiciales indicaron que se le veía en compañía de un sujeto catalogado como un presunto miembro de una de las dos grandes y sanguinarias organizaciones mafiosas que controlan la zona: los herederos del clan del capo Edoardo Contini, alias Cara de Ángel o el Romano, y los Buoberba.
Así que el Pitufo figuraba en la lista de fugitivos de la justicia italiana desde 2004, por un viejo caso de narcotráfico, por lo que las autoridades ordenaron su captura.