Christian cruz Tapi está de regreso a la que fue su casa cuando era 'pelado': el estadio Monumental de Barcelona.

En el 2012, el zaguero de Liga de Quito dio la vuelta olímpica y con eso sellaba el sueño de pequeño, cuando llegó a las divisiones menores.

Luego tuvo un paso por River Plate antes de que se convirtiera en Guayaquil City; en este último sufrió la marginación del equipo titular.

En el 2018 llegó a Liga de Quito, y el 28 de agosto de 2019 sufrió la lesión más fuerte de su carrera, luego de fracturarse el tobillo, la tibia y el peroné de la pierna derecha, a los 30 minutos del partido por Copa Libertadores ante Boca Juniors. Aquella imagen dio la vuelta al mundo. Su regreso a las canchas era un reto.

La paralización del fútbol por la pandemia le resultó favorable a Cruz, debido a que en casa pudo recuperarse al máximo y el 16 de agosto del 2020 regresó a las canchas.

Cruz, a quien llaman El Chavo, sabe que el fútbol es de revanchas y él tuvo dos: cuando lo marginaron de Guayaquil City llegó lo de Liga, y cuando parecía que la lesión que sufrió lo iba a alejar  del fútbol su fe en Dios hizo que regrese con más fuerza.

- La paralización del torneo a muchos les quitó ritmo, pero a usted lo ayudó a tomar ritmo después de la lesión.

- Son cosas de la vida,  venía con la recuperación de la lesión. A inicios de año no podía jugar, pero cuando comenzó la pandemia me movía de a poco. Todos los meses que no se pudo entrenar de manera presencial me sirvieron de mucho para estar al 100 % en forma. Además, el apoyo de los dirigentes, cuerpo técnico, mis compañeros y mi familia en casa fue determinante.

- ¿Volvió sin miedo?

- La lesión fue fuerte, solo Dios me pudo ayudar. Pero volví sin miedo, en mi puesto no se puede tener dudas, hay que jugar fuerte y luego tener velocidad. Ha pasado más de un año y, a veces, ni me acuerdo lo que me pasó. Claro que había días que me entraban dudas sobre si volvía a jugar con la misma intensidad. Me llené de fe y valor para recuperar todo el juego que tenía y se ha dado.

- ¿Qué se le pasó por la cabeza cuando regresó a jugar en agosto?

- La verdad era como si fuera mi primera vez; en el debut estaba demasiado feliz, como volver a nacer. Una sensación increíble de volver a estar donde siempre soñaste, la cancha de fútbol. Antes de jugar por LigaPro, estuve en el partido simulacro ante Independiente del Valle y las sensaciones de volver a jugar fueron únicas.

- ¿Qué le dicen tres títulos con Liga de Quito en tres años.?

- Ha sido una bendición de Dios. Desde que llegué todo ha sido para bien, son tres títulos, pero eso es historia, estamos enfocados en lo que nos toca este año. Tanto la Copa Libertadores como la LigaPro.

- ¿Feliz por ganar la primera etapa?

Fue un trabajo duro de todo el equipo, pero esa fue la meta que nos propusimos a inicio de año. Gracias a Dios se dio, pero eso ya pasó. Ahora trabajamos en volver a ganar la etapa.

- ¿No quieren jugar final?

- Cuando nos quedamos con la primera etapa, ese día se habló de que no debíamos relajarnos por nada, que no habíamos alcanzado nada. La meta de Liga es llevarnos la segunda etapa, eso es la prioridad. No tenemos otra meta este año.

- ¿Cree que los rivales van con todo en esta fase?

- Claro, y es por que la segunda etapa será durísima y nadie debe relajarse por nada. En el caso de Liga, tenemos equipo para pelear los 12 partidos que nos faltan.

- ¿Qué tal la experiencia en Copa Libertadores?

- Siempre fue mi sueño de pequeño jugarla. Recuerdo que mi abuelito, quien está en el cielo, me decía que quería verme jugar ese torneo. Es algo especial. Ahora tenemos un partido difícil ante Santos de Brasil, ellos ya estuvieron aquí jugando ante Delfín. Son octavos de final de un torneo y tenemos que estar bien en todo.

- ¿Hasta dónde cree que deba soñarse la Copa?

Liga de Quito ya la ganó, eso quiere decir que la hinchada, directivos y nosotros los jugadores tenemos la idea que debemos llegar hasta el final, con la fe de que podemos quedarnos con la llave.

- Repetto lo deja muy suelto al ataque, hasta tiene pases gol...

- Mi prioridad es la defensa, pero tengo que apoyar a los volantes y delanteros, gracias a Dios que han salido pases para gol y eso es motivante. Lo bueno es que tenemos un gran equipo. Pero cuando voy al ataque me gusta, siempre que se pueda apoyar con un buen pase que termine en gol. Algó así pasó en Copa Libertadores en un ataque que terminó en gol del ‘Parce’ Christian Martínez.

- ¿Considera que la defensa de Liga de Quito es una de las más sólidas?

- Eso es producto del trabajo que se hace en cada entrenamiento, tenemos un gran arquero como Gabba, que nos da seguridad y confianza para hacer bien el juego. Lo bueno es que nos conocemos bien todos los jugadores. Eso ayuda mucho a no fallar.

- ¿Qué piensa de tener que volver al Monumental de Barcelona?

- Es un partido duro que tenemos, los números dicen que no hemos perdido en este estadio varios años, pero hay que jugar muy concentrados, no debemos darle ni un centímetro a ellos. Hay que sacar puntos, porque los necesitamos, no hay más opciones.

- ¿Tiene barra personalizada?

- El apoyo de la familia es vital, sobre todo en los momentos difíciles que pasé, estuvieron en toda la pandemia viendo lo que hacía, fueron como mis compañeros de entrenamiento. Son fan de Liga de Quito y por ahora se contentan viendo a papá jugar en la televisión.

- ¿En Guayaquil su familia es hincha de Barcelona?

- Mi abuelo y mi padre me acompañaban a los entrenamientos en Barcelona, fueron muchos años, pero ahora disfrutan de lo que uno hace con Liga de Quito. Y saben lo que deseo este año: volver a ser campeón.