El adagio bíblico que reza "Tú eres esclavo de lo que dices y dueño de lo que callas" se ha convertido en una profecía autocumplida para Antonio Álvarez, presidente de Barcelona Sporting Club. Desde su llegada al mando del 'Ídolo', sus declaraciones públicas han generado gran expectativa, pero los resultados obtenidos en su primera temporada han sido un contraste marcado.

Álvarez inició su gestión con promesas ambiciosas, asegurando que lucharía por títulos nacionales e internacionales y que reforzaría el equipo con jugadores de jerarquía. Sin embargo, a medida que avanzaba la temporada, estas promesas se fueron diluyendo ante la realidad. La salida temprana de la Copa Libertadores y la inestabilidad en el banquillo técnico fueron un claro reflejo de las dificultades que enfrentaba el equipo.

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Una de las decisiones más polémicas de Álvarez fue la salida de Damián Díaz, la cual la tomó en conjunto al técnico Ariel Holan. A pesar de reconocer la trayectoria y el aporte del 'Kitu' al club, el presidente justificó su decisión en razones deportivas e institucionales. Esta medida generó un gran revuelo entre los hinchas, quienes consideraron que se había cometido un grave error al prescindir de uno de los referentes del equipo.

La gestión económica de Álvarez también ha sido cuestionada. A pesar de anunciar que los saldos bancarios del club estaban en cero, se autorizó la renovación del contrato del entrenador López, una decisión que posteriormente se revirtió. Esta inestabilidad en el banquillo técnico generó una gran incertidumbre en el plantel y afectó el rendimiento del equipo.

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Luego del último partido del cuadro torero frente a Técnico Universitario, Álvarez sentenció que “Segundo Alejandro Castillo siempre fue el técnico de Barcelona, nunca fue interino”. No obstante, fue la primera opción para cubrir el ‘bache’ dejado por López y Holan. Todos se preguntan si el Mortero será ratificado en el cargo para el año del centenario.

Las decisiones de Álvarez generaron inconformidad del hincha de Barcelona

En conclusión, la primera temporada de Antonio Álvarez como presidente de Barcelona SC ha estado marcada por las promesas incumplidas y las decisiones controvertidas. Si bien es cierto que el fútbol es un deporte impredecible y que los resultados no siempre están garantizados, las acciones de la directiva han generado un gran descontento entre los hinchas, quienes esperan que en el futuro se tomen decisiones más acertadas para recuperar la grandeza del club.

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