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Una persona se hace un tatuaje de Lionel Messi besando la Copa del Mundo, el 20 de diciembre de 2022 en Rosario (Argentina). Rodrigo García

Argentina: En Rosario, hinchas de Lionel Messi se lo tatuaron en masa

"Qué mirás bobo", la frase de 'la Pulga' que se hizo viral también la quieren llevar en la piel.

El furor por Messi no tiene límites. Menos aún en Rosario, la ciudad que lo vio nacer, donde algunos de los principales salones de tatuaje no dan abasto para atender las solicitudes recibidas para inmortalizar en la piel el rostro del ídolo, tras ganar Argentina el domingo pasado su tercer Mundial.

"Es una locura, y va a ser una locura todavía... porque creo que tengo para varios meses. Si bien ya teníamos bastantes consultas diarias, un promedio de 50, hoy en día tenemos mas de 300. Explotó, sinceramente. No damos abasto", cuenta Maximiliano Carreras en Studio Orbe, su local en el centro rosarino.

Las principales peticiones: la imagen de Messi, principalmente levantando la tan preciada copa, pero también del seleccionador Lionel Scaloni -que nació a pocos kilómetros de Rosario-, del arquero e ídolo revelación 'Dibu' Martínez o del también rosarino Ángel Di María.

"Y después viene algo más simple como la fecha, el apellido Messi, algunas palabras que se han dicho en el Mundial, por ejemplo el 'qué mirás bobo' (frase de 'la Pulga' que se hizo viral). Lo que sentimos acá por Leo es increíble, porque que sea de Rosario y para todo el mundo nos llena de orgullo", remarca.

Un tatuador con currículum 'messiánico'. Fue él quien el año pasado tatuó a Antonela Roccuzzo, mujer del astro: "Le hice tres, uno fue por su abuelo en la pierna, después le hice un colibrí en las costillas y después la pelotita de la 'Snitch dorada', de Harry Potter, atrás en el brazo".

Fue por medio de Instagram que la familia Roccuzzo contactó con su estudio, en el que trabajan ocho tatuadores. "Estamos muy contentos de eso, que sientan confianza con nosotros", señala.

"UN SUCESO HISTÓRICO"

En una camilla, Jerónimo, a punto de cumplir 18 años, se mantiene tranquilo, tumbado hacia abajo mientras le tatúan en su pierna a Leo besando la copa.

Junto a él, sentada, su paciente madre, Luciana Diez: "Es su primer tatuaje; en realidad teníamos turno hace como un mes y medio, y se iba a tatuar una gata, porque hacen tatuajes muy realistas. Y como pasó esto del Mundial, cambió", ríe. "Es un suceso histórico, la verdad", añade él.