Alberto Montaño fue parte del proceso que empezó el cambio de la historia de la selección ecuatoriana de fútbol: de las frustraciones a las alegrías. Y aunque no llegó a un Mundial, el exdefensa vivió dos capítulos especiales con la Tricolor en la década del 90: le marcó un gol a Argentina y en plena celebración le mostró al planeta la leyenda de su camiseta, La gloria es de Cristo, y su destacada actuación en la goleada 4-0 a Uruguay en el Atahualpa. Ambos en las eliminatorias para Francia 98.

Montaño, ahora entrenador y empresario, rememora aquellos momentos en el combinado nacional que era dirigido por Pacho Maturana, como abreboca del duelo entre la Tri y la Celeste este martes, en el Rodrigo Paz.

- ¿Qué recuerdos guarda del 4-0 a Uruguay?

Vestir la camiseta de Ecuador es algo que no tiene precio. Después de Dios, estar en la Tri es algo grande y gracias a Dios lo tuve. Le ganamos a Uruguay 4-0, que era una selección llena de estrellas, estaban Enzo Francescoli, Cedrés, Loco Abreu, Paolo Montero. Fue una experiencia única, y hasta pudieron ser más goles en ese partido del camino a Francia 1998.

- Los partidos con Uruguay son especiales: esa goleada, el empate y la clasificación al primer Mundial.

Son especiales, el gol de Kaviedes a Uruguay para el primer Mundial (Japón-Corea 2002). Eso fue muy hermoso. Siempre recordamos lo que se vivió en esta clase de partidos.

- Se dice que Uruguay no da pelotas por perdidas, que es mucha garra. ¿Qué tan verdad es eso?

Siempre ha sido la identidad de los uruguayos, es su ADN, su característica, la garra y su forma de vida. Creo que viene de la forma fuerte que juega, sus canchas son duras y creo que de allí nace esa garra. Esta clase de partidos es como una guerra, había que salir con el cuchillo en medio de los dientes. Era todo o nada.

Pero nosotros teníamos jugadores que marcaban la diferencia en esta clase de partidos como (Álex) Aguinaga, (Iván) Kaviedes, Ángel Fernández y Oswaldo de la Cruz, entre otros.

- ¿Cómo ves a esta camada de chicos que ahora van frente a la Celeste?

Muy bien, la identidad que tiene es buena, pero hay que darle los méritos a Independiente del Valle, que le dio muchos partidos a estos chicos antes que lleguen a la selección. Los llevaron a jugar en primera, un ejemplo es Moisés Caicedo, llegó a la Tri como si fuera uno de 30 años y 10 jugando en la selección, como lo que está pasando con Gonzalo Plata, Kendry Páez y otros más.

Antes los jugadores llegaban a la Tri a los 27 o 30 años, ahora tenemos un equipo muy joven que cuando ven a (Ángel) Mena o (Robert) Arboleda, piensan que están viejos y no es así. Con esta clase de jugadores soñamos ganar en cualquier cancha y ante cualquier rival.

- ¿Ya no existe el miedo escénico en esta generación?

Eso se perdió hace tiempo, de eso ya no se habla. Ahora llegan muchos jugadores de Europa, México, Brasil, eso ayuda mucho. El futbolista ecuatoriano ya se convenció de que es bueno, ya no está pensando en la selección que está al frente. Aparecen muchos jugadores y son jóvenes y los que están quieren dar lo mejor. Y se vienen muchos más jugadores jóvenes que quieren estar presentes y eso es bueno.

- ¿Y cómo analizas a la selección para el duelo del martes?

Es nuestro primer partido de local, tenemos la necesidad de ganar o ganar y tenemos los jugadores para eso. El comenzar con tres puntos menos se puede tomar como una motivación para poder alcanzar los puntos para pagar y comenzar a estar en zona de clasificación.

- Coincidencias, perdimos contra Argentina, selección a la que le anotaste en la primera victoria de Ecuador en la historia...

Hay personas que lo recuerdan, fue un 2 de junio de 1996, han pasado 27 años y mucha gente pregunta por eso, por la camiseta que se hizo famosa, en la que le daba las gracias a Dios. Es lo lindo del fútbol, de la vida.

- Montaño es un hombre de fútbol, siempre presente en todas las categorías.

Me gusta mucho el fútbol y lo disfruto desde los partidos barriales, los de segunda categoría, primera y los de mi querida Tricolor.

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