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Crónica

A Dante le encanta la idea de que las clases sean presenciales, pero la condición vulnerable de sus alumnos lo impide.cortesía

Con música alegran los corazones de niños con cáncer

Una vez por semana, chicos de Solca reciben clases gratuitas de música. Sus ‘profes’ son los miembros de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil, quienes enseñan al ritmo de la generosidad

Son las 16:00 del día miércoles 9 de septiembre. Luis Guillermo Salazar, de 9 años, está frente a su computadora, puntualito, con cuaderno y pluma para apuntar todas las enseñanzas gratuitas que recibe en las clases de música dictadas por el director de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil (OSG), Dante Anzolini y varios de sus músicos.

Laira Murillo Villamar de 11 años hace lo mismo que ‘Guille’, pero en el horario de las 17:00. Ambos tienen leucemia linfoblástica aguda y una gran pasión por la música. Él ama el piano, ella el violín.

Los dos son parte del proyecto social propuesto por Anzolini, el cual cuenta con el apoyo de la Gobernación del Guayas y el Comité de Damas de Solca.

Los talleres iniciaron hace dos meses y duran mínimo una hora, en la plataforma Zoom. Son tres grupos a los cuales instruyen: De 9 a 12 años, de 12 a 14 y el tercero está conformado por adolescentes de más de 14 años. 

Les enseñan técnica musical, con la cual buscan que sus estudiantes puedan leer, escuchar y escribir música, en otra clase trabajan con el instrumento. Los maestros buscan que los estudiantes exploren otros instrumentos y no solo seleccionen los más populares como el piano, la guitarra y la batería, también les presentan otras opciones como el violín, la flauta, entre otros.

“El objetivo de estos cursos no es que se presenten en ningún lugar ni reciban aplausos de la gente, sino que los chicos sean felices, eso es lo más valioso. No tiene precio ver sus caras de alegría en cada clase”, manifiesta el director de nacionalidad argentina, quien asegura que la música sana, no de forma esotérica, sino a nivel científico.

“Esta llega a varios lugares del cerebro como ninguna otra actividad. Está demostrado que quien estudia música le va mejor en matemáticas. En el cerebro uno siempre cuenta el ritmo. Asimismo este arte produce las endorfinas, las hormonas de la felicidad. Quizá no es una cura total, pero cambia la vida”, enfatiza el ‘profe’.

Laira Murillo refuerza sus conocimientos de violín con las clases de Dante.cortesía

En Ecuador ‘pararon bola’

Anzolini afirma que esta misma propuesta lo presentó en varias naciones en las cuales ha trabajado, pero que solo en Ecuador le prestaron atención. En su natal Argentina le dijeron que era una locura.

Y en este proyecto no solo se ha valido de sus conocimientos musicales, también ha recurrido a sus estudios de psicología para llegar más a los alumnos.

Otra misión que siente el director es contagiar a sus músicos de solidaridad. Él no quiere que únicamente sean talentosos, sino que la generosidad también sea otra de sus cualidades, por eso los involucró en la cátedra de las clases virtuales de los días miércoles.

Sus inicios lo mueven...

Nacer en un barrio pobre llamado ‘Roma’, en un suburbio cerca de Buenos Aires, le anima a ayudar a otros. “Cuando era chico ningún Anzolini se me acercó para enseñarme. En el barrio nadie sabía de música, y por falta de plata no podía tener un piano, pero ensayaba en una mesa. Un dentista a media cuadra de mi casa me dejaba tocar una vez por semana. Después pasé cinco años de mi vida en un conservatorio del Estado, tenía que imaginarme el piano en la cabeza. De mi historia de necesidad surgen mis propuestas”, sostiene Dante. Y así va por la vida, entre acordes, empatía y generosidad.

De manera voluntaria los chicos fueron inscritos en los cursos de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil.cortesía

Datos

    • Dante ha dirigido conciertos sinfónicos, óperas, ballets, presentaciones de género pop, jazz, entre otras.
  • Su trayectoria artística le ha permitido recorrer el mundo y estar en Europa, Sudáfrica, Sudamérica y Estados Unidos.
  • Estudió en la Universidad de Yale. Tiene dos masterados y un doctorado en artes musicales.