Los enormes árboles cuyas hojas juegan con el viento, en medio del trinar de pájaros, son testigos del paso del tiempo. Componen el milenario Bosque de los Arrayanes, lugar que guarda misterio y una gran variedad de flora y fauna que está a la vista al recorrer sus senderos.

Ubicado en la comunidad Monteverde, parroquia San José, cantón Montúfar, provincia de Carchi, este arbolado, un sitio mágico, un patrimonio natural y cultural de los montufareños, es un escenario propicio para quienes gustan de la naturaleza.

En mayo pasado, el Ministerio del Ambiente declaró a este lugar como Bosque Protector, para mantener sus cuencas hidrográficas y su biodiversidad.

Además de flores, pájaros y más especies, bajo la sombra del espeso follaje reposa parte de la historia de la localidad, con leyendas y cuentos heredados de los antiguos pobladores, desde la cultura Pastos de la fase Tuza, que existió hace más de mil años.

Según explican durante el recorrido, entre estos árboles de unos 20 metros de altura y troncos rojizos que predominan en todo el bosque, los antepasados acostumbraban realizar rituales. En sus alrededores guardaban restos humanos y vasijas, por ello lo consideran “guardián” de los ancestros. Era y aún lo conservan como lugar sagrado.

En un recorrido guiado de una hora y media es posible apreciar aves, hongos, insectos y plantas, que lo convierten en un sitio para recrearse y en un laboratorio natural para investigadores.

Este bosque es otro de los sitios turísticos para conocer en el cantón Montúfar.