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Buena Vida
Mamá moderna: de pequeñas celebraciones a grandes logros
Los triunfos de tus hijos deben ser un momento inolvidable. ¡Hazlo especial!
Valorar los esfuerzos fortalece el autoestima y la confianza del niño. Dar un reconocimiento y/o un premio es necesario para que él tenga claro que debe de esforzarse para alcanzar sus metas. Además, esta acción también fortalece la relación entre padre e hijo porque le estás mostrando tu apoyo incondicional. Sin embargo, es necesario mantener un equilibrio para promover un desarrollo sano.
¡Cuidado! Reconocer constantemente los logros puede llevar a una sobredemanda de atención por parte de los niños. Esto puede generar expectativas poco realistas y dificultar su capacidad para lidiar con la frustración y el fracaso.
El impacto negativo
El elogio excesivo también muestra el otro lado de la moneda: corres el riesgo de tener consecuencias negativas significativas en su desarrollo emocional, social y académico. Esto puede llevar a una mentalidad de autocrítica constante, miedo al fracaso y falta de confianza en las propias habilidades. También puede generar una percepción distorsionada de la realidad, donde el pequeño se centra únicamente en sus deficiencias y carencias, en lugar de reconocer y valorar sus fortalezas y logros.
Recomendaciones
- Reconoce su esfuerzo. No te fijes únicamente en los resultados, valora el proceso y el compromiso que han demostrado.
- Evita decir “buen trabajo”.
La idea es que no generalices el elogio. Puedes decir: “me gusta cómo ayudaste a tu hermano a hacer la tarea”, “admiro tu dedicación por tratar de resolver el problema de matemáticas, sé que estuvo muy complicado”... Debes ser más específica en tus elogios.
- Los pequeños logros también se aplauden.
Reconoce los progresos en su camino hacia sus metas. No necesariamente por haber ganado una competencia de natación o por ser el mejor de su clase.
- Procura que el festejo sea especial. No debes entregar un regalo. Pueden hacer las actividades que a tu hijo le guste, por ejemplo, ir al parque o prepararle su comida preferida.
- Involucra a la familia.
Crea un ambiente armonioso que sea sinónimo de apoyo. Que los abuelos y los hermanos participen lo hará sentirse querido y apreciado.
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