Si estás trabajando para tener momentos de calidad con tus hijos y quieres dejar lindos recuerdos en su infancia, también se te está permitido no querer jugar porque estás cansada. No te sientas culpable.

El trabajo, atender las cosas de la casa, de la escuela y otras actividades cotidianas desgasta de manera física y emocional, además te quita las ganas de jugar. Esto es normal, eres un ser humano y por eso no debes sentirte mal.

Gabriela Valdivieso, asesora de crianza y lactancia, diplomada en desarrollo infantil, resalta que el ser madre no es sinónimo de tener energía para jugar todo el tiempo con el pequeño.

“El juego es importante para su desarrollo, por ello debes buscar un momento para eso”, dice la especialista. Si el niño quiere jugar y no tienes ganas o te sientes agotada, la solución está en buscar actividades que puedan ofrecerles tiempo de calidad, pero sin que te parezcan una obligación.

La primera opción es que el papá sea el que te salve en este momento, y si no está, ponle bloques, rompecabezas o dibujos para que pinten.

Cómo hablarle al niño

1. Explícale que estás ocupada en otra cosa, pero que en otro momento estarás disponible exclusivamente para él.

2.Frases que puedes utilizar: “Creo que nos podríamos divertir mucho pero que te parece si esperamos a papá para jugar juntos?”. “Gracias mi amor, ese juego parece muy divertido. ¿Qué te parece si empiezas tú y en un rato me uno a ti?

Lo que NO debes decir

- Estoy cansada.

- Ese juego me aburre.

- No tengo tiempo.

- Tengo algo más importante por hacer.

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¿Qué hacen otras mamis?

- “Fácil, le doy una tablet con los dibujos”. Andrea Mieles

- “Le propongo ver una película, pero acostada o que me maquille”. Paola Vulgarín

- “Fijo, les pongo una película con canguil”. Pía Amores

- “Lo pongo a realizar las tareas que más le gusta y que no requieran de mi presencia, por ejemplo se pone a pintar o a trabajar con legos”. Jazmín Valle

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