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Buena Vida
Juan José Yúnez: “Es muy difícil que me ponga bravo”
Busca la reelección para la alcaldía de Samborondón. Admira a su padre y a León Febres-Cordero. Es un apasionado de la agricultura
Juan José Yúnez es un ingeniero en Ciencias Empresariales entre cuyas pasiones no solo está la producción agrícola, principalmente la siembra de arroz, sino también la política.
Yúnez aspira a ser reelecto el próximo 5 de febrero como alcalde de Samborondón y respondió estas preguntas a DOMINGUERO.
¿Considera que lleva ventaja sobre los otros candidatos?
No sé quiénes son los otros, los desconozco. Yo me concentro en una campaña de alegría, de propuestas, escuchando a los ciudadanos.
Usted ha dicho en otras oportunidades que siempre da la cara, ¿ante cuáles circunstancias principalmente?
A los problemas, yo los enfrento y a mí me han elegido no para llorar, sino para dar soluciones.
¿Cómo le ha ido en el proceso?
Hace cuatro años, cuando asumimos la administración, nunca nos hubiéramos imaginado vivir una crisis de seguridad como la que experimentamos en el 2019, luego pandemia mundial, el tema económico y ahora delincuencia. Nos han bajado los presupuestos, pese a todo, hemos salido adelante y nada se ha paralizado en Samborondón.
¿Qué otras cosas ‘frentea’ fuera de la Alcaldía?
Mis negocios personales, siembro arroz y continúo con la línea de semillas. Es mi negocio principal.
¿Y la familia?
Entré a la Alcaldía con tres hijos, ahora tengo cinco. Ya cerramos la fábrica (risas). Ese es el reto, ser alcalde y al mismo tiempo ciudadano como cualquier otro.
Entonces es de los que cuando llega a la casa, luego de una jornada laboral, ayuda a sus hijos con las lecciones y los deberes.
Claro que sí y los fines de semana me toca sacarlos, en las noches acompaño a las bebés, las más grandes. Me doy un tiempo en el almuerzo para ver a la más chiquita.
¿Qué es lo más gracioso que le ha pasado como papá hasta aquí?
Justo el último fin de semana que recogí a mi hija en la casa de un amigo. Estaba en shorts y camiseta, me tocó bajarme del carro, ir hasta la puerta y a lo que se abrió presencié una reunión formal, me tocó pedir disculpas por las fachas (risas).
¿Le tomaron fotos?
No, para nada. Solo nos reímos.
¿Cómo se lleva con la popularidad? Por el hecho de que lo reconozcan por la calle y quieran tomarse una foto, ¿se siente una celebridad?
Para nada. Si es que me encuentro en una festividad o en un recinto y si la gente me pide una foto, un abrazo o un beso es porque creo que estoy haciendo las cosas bien. Yo lo tomo muy bien y me gusta mucho, es parte de mi esencia saludar y abrazar a todo el mundo.
Ya hablamos al inicio de esta entrevista a qué le da cara, ahora respóndame, ¿a qué le da la espalda?
A nada, bueno, tal vez a los malos comentarios que alguien pudiera hacer sin conocimiento. No hay por qué desgastarse.
¿Le para bola a lo que dicen de usted en las redes sociales?
Cero. Yo tengo una ley de vida y es que la realidad está en el territorio. En los barrios, los recintos, las ciudadelas, allá los otros que piensen lo que quieran. La vida no está en las redes sociales, está en la calle. Yo atiendo a la gente.
¿Y a usted cómo le agrada que lo atiendan?
Como cualquier otro ciudadano, que no me hagan sentir que soy el alcalde.
¿Es verdad que, como leí en algún lado, no le gusta que lo ‘jodan’?
Para nada, si lo hacen, me cuajo de la risa.
¿Su último improperio cuál fue?
Ni idea. Mira, es muy difícil que me ponga bravo por algo. Las palabrotas son las que uno usa en la cotidianidad, pero realmente el mal rato que me pueda cambiar el ánimo se va rápido.
¿Qué es lo más gracioso que ha escuchado de usted?
Que no tengo televisor en la casa porque tengo cinco hijos (risas).
¿De qué lo han culpado siendo inocente?
No se me viene a la mente nada.
¿A qué le apuesta?
A un mejor futuro para Samborondón y también para este país. Soy un convencido de que hay esperanza para mejores días. En la política hay gente honesta y capaz para lograrlo.
Si viviera León Febres-Cordero, quien fue su ídolo de niño, ¿qué cree que le diría?
Lo orgulloso que está de mí, creería yo. Del trabajo que se hace por Samborondón.
¿Es cierto que es alérgico a los calzoncillos rosados?
(Risas) No tengo ninguno con ese color.
¿Si usted no fuera candidato, por quién votaría?
Por alguien del PSC.
¿A quién o a quiénes botaría en un camión de basura?
A los mentirosos que quieran engañar a las personas y proponen lo ilegal, lo inmoral y lo imposible.
Si escogiera a un superhéroe de la ficción, ¿quién sería?
A Batman, es real, no tiene ningún superpoder.
En una oportunidad Guillermo Lasso me dijo lo mismo...
¿Ah, sí? ¿ Él dijo que quería serlo? Yo admiro a Batman por su esfuerzo, así lo veo en el mundo de la ciencia ficción.
¿Y un héroe de carne y hueso que lo inspire?
Mi papá.
De su carácter, ¿cuál sería un rasgo bien suyo?
Un 95 % de mi tiempo me verán con una sonrisa en la cara.
Si pudiera escoger un oficio por el resto de su vida, ¿cuál sería?
Agricultor.
Pensé que me diría alcalde de Samborondón...
(Risas) No, me encanta trabajar en la tierra. De ser agricultor y luego llegar a empresario agrícola me ayudó muchísimo.
En pocas palabras
¿Shakira o Piqué?
Shakira.
¿Twingo o Ferrari?
Twingo.
¿Casio o Rolex?
Casio.
¿Ronaldo o Messi?
Messi.
¿Viteri o Febres-Cordero?
Febres-Cordero.
¿Calzoncillos slips o bóxers?
Slips.
¿Rápido o largo?
Largo.
¿Salvaje o romántico?
Van ligados.
¿Ruidoso o silencioso?
Silencioso.
¿Húmedo, seco o mojado?
Creo que húmedo (risas).