Mi nombre es Teresa, tengo 29 años y le escribo desde la provincia de Esmeraldas. Le quiero contar mi problema. Amo cantar, bailar, hablar, pero sobre todo dibujar. Desde niña me ha gustado mucho el dibujo; considero que tengo madera suficiente para ser una gran dibujante. Me gusta comunicarme con las personas y expresar mis gustos y emociones a través del arte. Estudié enfermería y por un tiempo determinado me dediqué a trabajar en eso, especialmente atendiendo niños, hasta entonces todo iba bien. Pero ahora que decidí hacer lo que tanto me gusta he empezado a sentir el rechazo de mi familia, principalmente de mi padre, quien se sentía orgulloso cuando trabajaba en el área de la salud, hoy en día me dice que soy una ridícula y hasta se burla de mí. A mis allegados no les gusta la idea de que dibuje, pero amo hacerlo, es algo que simplemente me hace feliz. Me duelen los comentarios que recibo por parte de ellos. No creo que elegir lo que diga mi corazón sea algo malo. Quiero ser alguien real y no vivir de las apariencias. Le pido me aconseje. Gracias.

Respuesta:

Teresa, no debes sentirte mal. Muchas personas en el mundo antes de llegar a ser quienes son hoy fueron rechazadas y menospreciadas. Siempre va a haber quienes critiquen o subvaloren nuestro talento o labor. No creo que tu padre sea malo, simplemente es alguien que se forjó en otra época, con diferentes costumbres. De repente ve mucho más útil que trabajes como enfermera a que desarrolles el arte. Recuerda que estamos pasando una situación difícil que compromete la salud de todos y no es momento para que dejes de lado tus conocimientos. No te deprimas, haz lo que te guste hacer y punto, sin importar el qué dirán. Debes creer mucho más en ti y ser fiel a tus convicciones. A través de los dibujos que me has enviado puedo ver que tienes un gran don, te sugiero que no lo desperdicies. No te limites a hacer una sola cosa; el ser humano debe abrirse campos en varias áreas. Puedes ejercer como enfermera y también dibujar, tendrías más éxito. Para ello debes prepararte y pasar de ser empírica a una profesional. Ya eres una mujer hecha y derecha. Si no estás contenta viviendo con tu familia, cásate, pero busca un hombre que te apoye. ¡He dicho!