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Xavier Narváez, el hombre 'duro' del Municipio, es campeón en preparar wantanes
Aprendió a cocinarlos cuando era un niño, en el restaurante donde trabajaba. En un día llegó a elaborar dos mil. Actualmente los hace para su familia
Es considerado uno de los hombres 'duros' del Municipio de Guayaquil, porque no le tiembla la mano al momento de pegar el cartel de clausura en algún local o multar al dueño de casa que irrespetó las medidas de bioseguridad.
Se trata de Xavier Narváez, abogado de profesión, de 47 años, quien desde hace 13 se desempeña como Director de Justicia y vigilancia del cabildo porteño. El funcionario quien cada semana cierra un promedio de 50 locales que no acatan las ordenanzas, le mostró a EXTRA su otro lado, ese que muy pocos conocen y al que considera su debilidad: su amor por la cocina.
Aunque sabe elaborar algunas recetas, su especialidad está en la preparación de wantanes, un bocadillo de origen chino, cuya envoltura a base de harina de trigo está rellena de camarón, pollo o carne y que generalmente se venden en los chifas. Es tan hábil preparándolos, que en cuestión de minutos puede darle forma a unos 200.
"La masa se la compra lista, lo que hago es rellenarlos y darles la forma triangular. No los hago para vender, sino cuando hay una reunión familiar o para comerlos en casa. Todo depende de la cantidad de personas", señala Narváez, quien aprendió a darle forma a los wantanes de una manera casual y tras una tragedia que sufrió cuando era un niño.
A los once años un incendio destruyó no solo la vivienda que compartía con sus padres, ubicada en el barrio Cuba, sino además lo más preciado, su cajita de betún, que le permitía sacar algo de dinero lustrando zapatos para ayudar a su familia de escasos recursos.
"Yo vivía frente a un restaurante llamado Broster Mickey y el dueño por ayudarme me dio trabajo como mesero. Atendía a los clientes, pero paralelamente estudiaba en el Vicente Rocafuerte y trabajaba. Cuando la cocinera tomaba vacaciones, era yo el que entraba a la cocina", relata el funcionario público quien no solo aprendió la receta del relleno para el wantán, de los cuales llegó a hacer hasta dos mil en un día, sino también la que sirve para aliñar y rostizar el pollo para que quede crocante.
En el hogar que comparte con sus 4 hijos (dos son de su esposa, a los que quiere como suyos), Narváez prepara además aguado de pollo, menestra y otros platos que aprendió durante su adolescencia en el restaurante en el que trabajó hasta que obtuvo su título de abogado.
"Soy hogareño. Me gusta cocinar y prepararles el desayuno y la comida a mis hijos", sostiene Narváez, quien es uno de los cuatros directores más antiguos que quedan en el Municipio.