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Vísperas de Nochebuena: ¡'Rapiditos' en todas partes!
Los guayaquileños realizaron sus compras de último momento en las primeras horas del sábado 24. Los dueños de negocios aprovecharon las altas ventas.
¡A la ‘carrera’! Con el olor de pavo y ‘chanchito’ hornado en el aire empezó el día de la Nochebuena en Guayaquil. El sábado 24, desde antes del amanecer, todo era ‘corre, corre’ en la ciudad, alistando las últimas compras y tareas para las festividades familiares.
Que si la comida, que la ‘pinta’ para la ‘vacilada’ e incluso la compra del ‘armamento’ (el licor), puso ‘de cabeza’ a los guayaquileños durante las primeras horas de la mañana.
La primera parada de algunos había sido las panaderías y pastelerías que también ofrecen servicios de horneados en la época de cierre de año.
Luis Cali Amaguaya, propietario de ‘El Gran Pan’, ubicado en Valparaíso y Washington, en el barrio del Seguro, sur de la urbe, había recibido su primer cliente desde antes de las 06:00.
“Incluso vinieron a tocar la puerta antes, porque nuestro horario normal de apertura es a las 06:00”, comentó emocionado por el ajetreo Luis, ya que esto representa ganancias extras para su negocio.
Hasta ese lugar, ‘al vuelo’ llegó David Velasco a dejar su “pollito”, que era un pavo, para que “quede bien doradito” y disfrutarlo con su familia en la cena navideña.
“Mi negrita, la señora que nos ayuda en la cocina, me lo sazonó. Lo mandó bien jugosito y mandó jugo aparte para que se lo ponga”, dijo David, quien es cliente de Luis desde hace más de diez años.
Le entregaron la ficha número 28 para identificar su ‘ave’ a las 15:00, hora prometida de la entrega, y un pequeño pan de pascua como cortesía.
El ‘guapeo’ también se hizo al apuro. En la barbería de Diego Estacio, en la calle 4 de Noviembre y la 17, en el suburbio de la Perla, no tuvieron descanso desde el momento en el que abrieron el pequeño local con solo dos sillones, pero con mucha amabilidad.
“Aquí deja reservado el espacio con anticipación. No hay lista porque ya por la cara los reconozco”, explicó Diego, que ya andaba en ambiente usando una camisa roja, típica de la época, porque trabajará “hasta que el cuerpo aguante”.
En la tienda de Hernán Guamán, en el Cristo del Consuelo, planeaban aplicar la misma estrategia que Diego en su barbería: cerrarían cerca de las 20:00 aprovechando las altas ventas que dejan para el último momento. La cena quedará en un segundo plano, pues hay que aprovechar la platita quen entra.
“Desde el 20 de diciembre traigo a vender aceitunas y los otros ingredientes para el relleno, también aumento la cantidad de bebidas (gaseosas, leche para el chocolate y otros) porque sale bastante”.
Sin embargo, el líquido predilecto de la época, el licor, se ha vendido en ascenso desde hace tres días, según Luis Muzzo, el ‘duro’ de un depósito de ‘bielas’ y otros tragos en Francisco Segura y Los Ríos.
“Hoy estaremos hasta las 23:00 y a esa hora se nos quieren tomar hasta el agua de los floreros”, bromeó Muzzo. “Siempre tenemos en bodega porque sabemos que nunca falta quien compre al final”, completó el hombre y añadió que las enlatadas han sido el ‘top’ en estos días.