Esta historia ocurrió en Brasil y nos ayudará a conoce qué es lo que ve un paracaidista hasta que llega a tierra e incluso puede servir para un comercial que quiera destacar la resistencia de los celulares.

Resulta que un teléfono celular, smartphone o teléfono inteligente se cayó de una avioneta mientras su dueño iba grabando el vuelo. El aparato cayó unos 300 metros hasta el suelo y registró todo el trayecto. Sin embargo, lo más sorprendente de todo no es esto.

El smartphone pudo ser recuperado gracias a un rastreo por gps. Es por eso que ahora se puede ver todo lo que el celular grabó, desde que cayó de la avioneta hasta dar con el suelo.

 A las pruebas nos remitimos, mira el video viral:

El teléfono cayó cerca de una playa, donde había arena y algo de pasto. Esta superficie habría evitado que el equipo se rompiese y pudiera ser recuperado casi intacto, solo se vio afectado el protector de pantalla.

Al que se le cayó el celular fue el ambientalista y documentalista Ernesto Galiotto. El recorrido de la caída duró unos 15 segundos, fue grabado en video por el propio celular, un iPhone modelo 6S.

"Es algo que, si le dices a alguien, la persona no cree. ¡Que Dios nos ayude! Por el momento, dije incluso una mala palabra, pero luego pensé y dije: 'recuperaré este celular'", dijo Galiotto.

Una cámara de la cabina del avión monomotor registró el momento en que Ernesto sacó su celular para grabar el horizonte. Mientras grababa, sostenía el teléfono celular en una mano.

El video mostró que Ernesto dijo: "Estamos aquí buscando la Bandera Azul". En ese momento, el dispositivo cayó. También se pudo ver la reacción del piloto.

"En 15 segundos, [el dispositivo] cayó al suelo. Estaba a unos 200 metros del agua, y a pocos metros había una pareja en la playa. Se cayó a las 11:10 am del viernes. Se cayó con la pantalla hacia abajo y siguió filmando por hora y media. Creo que el sol se ha recargado, porque cuando llegamos a recuperarnos, todavía tenía un 16% de carga el sábado, alrededor de las 8.50 a.m.", dijo Ernesto.

"Tenía fe en que lo iba a recuperar. Pensé: 'Si no se cae al agua, lo encontraremos'. En unos pocos metros, podría haber golpeado a una persona, y, con esa altura que estaba volando, 2,000 pies, iba a ser una tragedia, ¿sabes? Pero no hubo tragedia, hubo muchas emociones", continuó contando el ecologista.

Sobra decir que lo del celular de Ernesto Galiotto fue una excepción a la regla. No intentes esto en un vuelo. Lo decimos en otras palabras: no lo hagas.