Alba Mayorga sentía que su espalda le quemaba. Con los días, esa sensación se fue extendiendo hacia su pecho y a la parte superior de sus brazos. Después apareció una erupción. “El dolor era tal que no podía ni dormir”, relata la mujer, de 60 años. Han pasado seis semanas desde que empezó a vivir este tormento que el médico de la familia diagnosticó como herpes zóster.

Esta enfermedad es causada por el mismo virus de la varicela. “Se presenta por lo general en la infancia, pero el virus puede quedar alojado en el tejido del sistema nervioso y reaparecer cuando el organismo está débil”, explica la doctora Marcela Argüello.

Debido a la crisis sanitaria que atraviesa el país tras el brote del coronavirus, varias patologías relacionadas con el estrés (como este tipo de herpes) han ganado pacientes. Esta alteración, que se aprovecha de las bajas defensas, puede producir úlceras con pus. “Son sumamente dolorosas”, agrega Argüello. Al describirle el caso de Mayorga, la especialista confirma que la patología suele ser más común en personas de cincuenta años en adelante. La mayoría, de sexo femenino.

El síntoma más frecuente es el dolor en el área en la que aparecerá la erupción. También puede haber cosquilleo, picazón o adormecimiento. “El sarpullido tiene forma de franja o cinturón. Los granitos se convierten en ampollas que después de una semana forman costras. Estas pueden tardar hasta un mes en caer”, detalla

Por lo general, la infección se cura sola. Sin embargo, hay ocasiones en las que la enfermedad se complica y requiere el uso de medicamentos antivirales como el acyclovir o antiinflamatorios para aliviar el dolor. “Puede ser una crema o ungüento para disminuir el enrojecimiento y el malestar en la zona”, indica.

Calma para la piel

Los pacientes que han sufrido de herpes zóster saben que no existe una cura mágica para la enfermedad. “El virus debe eliminarse del organismo por su cuenta”, destaca Argüello.

Sin embargo, existen algunos productos naturales que disminuyen el malestar y la sensación de quemazón. “La persona afectada puede darse baños de avena y de manzanilla. Estos productos aceleran la cicatrización de la piel. Es importante que los remedios naturales se apliquen en áreas del cuerpo que no tengan heridas abiertas. De lo contrario, la infección podría empeorar”, advierte la dermatóloga Mayra Cruz.

Cuando el ardor en la piel es severo, se sugiere colocar compresas de vinagre de manzana, que disminuirá la irritación de las lesiones en la piel. La acidez del vinagre ayuda a secar y cicatrizar las ampollas y reduce el malestar.

“También se puede colocar una mezcla de almidón de maíz con bicarbonato. Tiene un efecto calmante que además contrarresta la infección”, precisa. 

Alimentación

El dietista Vicente Gaviria recomienda los alimentos ricos en lisina (aminoácido) para reducir el malestar que genera el herpes zóster y evitar que la enfermedad sea recurrente. Fuentes ideales de este nutriente son las carnes, los pescados y la leche.

Dieta

Un menú rico en lisina fortalece el sistema inmunológico. Para ello debe ingerir yogur, huevos, aguacate, lentejas, hígado y pollo.

“La vitamina C también funciona para proteger el organismo de infecciones. Potencia la formación del colágeno y regenera la piel”, resalta. Está en el kiwi, fresa, naranja y piña.

Defensas

Alimentos que permiten un aumento en las defensas son los que contienen gran cantidad de omega 3, vitamina E, probióticos y selenio (mineral antioxidante). Este grupo incluye alimentos como las semillas de linaza, el aceite de oliva, el ajo, las semillas de girasol y las nueces.

Evite

Por el contrario, los productos que contienen arginina potencian la reproducción del virus, por lo que debe eliminar de la dieta el germen de trigo y las almendras. “Evite el consumo de café, pan blanco, galletas y pasteles, ya que son alimentos que causan inflamación y hacen lenta la recuperación”.