Wimber Stuard Castañeda Vera, uno de los cuatro reclusos que escaparon de un centro de salud en el bloque 1 de Bastión Popular, en el noroeste de Guayaquil, el lunes 22 de julio, solo disfrutó de 31 horas de libertad. A las 20:35 del martes 23, fue asesinado a una cuadra de su casa en la cooperativa Valladolid, ubicada en la isla Trinitaria, en el sur.

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Los otros reclusos fugados son Luis Gerardo Ramírez Balladares, Christian Santiago Velatanga Velatanga y Bryan Enrique Muñiz Intriago. Según el jefe de la Unidad de Inteligencia Penitenciaria de la Policía, habían acudido al centro médico para realizarse una tomografía.

Una fuente policial indicó que los familiares de Castañeda, de 25 años y con antecedentes penales por robo y drogas, informaron a los investigadores policiales que él supuestamente no tenía la intención de fugarse.

Según los testimonios, cuando individuos armados ingresaron al lugar buscando a otra persona, él decidió huir para evitar un enfrentamiento.

“También mencionaron que ya tenía la intención de entregarse y salió de su domicilio a comprar droga, ya que era consumidor. En ese momento, solo escucharon disparos a dos cuadras de su casa. Además, los familiares indicaron que el fallecido tenía enemigos en la zona, quienes se habrían enterado de su fuga y lo estaban buscando para matarlo”, indicó un oficial de la Policía.

Una allegada de Castañeda relató que él llegó a su casa a las 00:30 del martes y les dijo que había escapado del subcentro donde fue llevado para un chequeo médico, y que planeaba entregarse a las autoridades al día siguiente (ayer miércoles).

Después de ser alcanzado por sus agresores, el cadáver del recluso quedó junto a la puerta de la vivienda de un vecino. En el lugar se recogieron siete indicios balísticos calibre 9 milímetros y dos balas deformadas.

Un vecino de Castañeda contó a EXTRA que en el barrio desconocían que él estabarecluido en la Penitenciaría del Litoral y que les sorprendió enterarse por las noticias de que había escapado junto a otras tres personas de un centro de salud.

“Era un ‘pelado’ aparentemente tranquilo, al menos con la gente del barrio. Hace cinco meses mataron al papá. También fue un hecho que nos sorprendió; el señor tenía un taller donde arreglaba motos”, mencionó el vecino.

El jefe de la Unidad de Inteligencia Penitenciaria de la Policía indicó que, según las investigaciones, la fuga fue planeada por uno de los reos, y que los otros habrían aprovechado la oportunidad para escapar.

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“Los privados de libertad no estaban en el mismo pabellón, ni eran considerados reos peligrosos. Por seguridad, ahora se ha dispuesto que todos los traslados de reclusos a centros de salud no solo cuenten con vigilancia policial durante el trayecto de ida y vuelta, sino que una unidad del sector esté pendiente”, afirmó.

Además, señaló que solo dos hospitales en Guayaquil, el de Monte Sinaí y el Abel Gilbert, cuentan de manera permanente con el Código Plata (acciones y estrategias para prevenir eventos riesgosos). El centro médico al que fueron llevados los reclusos ya había presentado una alerta por un incidente similar.

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