Un cuadro colgado en una de las paredes de la casa de la familia González Yagual muestra la foto de una niña de 3 años vestida con un traje típico guayaquileño, resaltando entre otras imágenes familiares.

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Ese portarretrato se ha convertido en un tesoro invaluable para esta familia, ya que la pequeña fue una víctima colateral de un atentado ocurrido la noche del martes en las calles 30 y Francisco Segura, en el suburbio de Guayaquil.

La niña estaba en el portal de su hogar junto a su madre y sus abuelos maternos cuando varios sujetos armados, a bordo de una tricimoto, irrumpieron y comenzaron a disparar.

Sus familiares resultaron heridos, mientras que la pequeña, tras ser trasladada de urgencia a un hospital con la esperanza de salvarle la vida, no resistió.

“La bebé estaba paradita junto a su mamá cuando llegaron unos individuos armados. Todos corrieron para salvarse, pero una bala le entró en la cabeza. Por más que hicimos para ayudarla, murió llegando al hospital. Era un angelito, hace poco recién cumplió años. Estamos devastados. No había luz cuando llegaron a disparar”, expresó un allegado de la familia.

La mañana de ayer, parientes y vecinos de los afectados se reunieron en la vereda frente a la casa donde ocurrió el atentado, consternados por la tragedia que les arrebató a la consentida de la familia.

Una fuente policial señaló que el ataque iba dirigido a un miembro de la familia, quien días antes había tenido una discusión con dos sujetos, presuntamente miembros de una organización criminal conocida como Los Freddy Kruger. “Este atentado habría sido una represalia en su contra”, manifestó el investigador.

Por su parte, el teniente coronel Edison Molina, jefe del distrito Portete, al cual pertenece este sector de Guayaquil, confirmó que el blanco era un familiar de la niña, vinculado a una banda delictiva dedicada a asesinatos y microtráfico. “Lo buscaban para matarlo, pero al no encontrarlo, dispararon contra sus familiares”, explicó Molina.

Esa misma noche, en la cooperativa Janeth Toral, en el distrito Nueva Prosperina, al noroeste de Guayaquil, dos adolescentes que conversaban en una esquina cerca de un establecimiento educativo fueron atacados por sujetos que dispararon desde un vehículo de color rojo.

Como resultado de este acto violento, una adolescente de 16 años, estudiante de un colegio del sector, falleció. Otra, de 15 años, también recibió un impacto de bala, aunque su estado de salud es estable.

Tras ser herida, la menor de edad quedó tendida en la calzada con varias lesiones. Su padre, desesperado, la levantó en brazos y la trasladó en una moto hasta el hospital Monte Sinaí, donde los médicos confirmaron que su muerte.

“El padre dijo desconocer los motivos por los cuales le dispararon a su hija. La menor presentaba heridas en el tórax”, señaló el investigador.

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