Diecisiete meses después del asesinato de uno de los integrantes de la familia Troncoso Feijóo, otro miembro ha fallecido de manera similar: asesinado a tiros.

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La más reciente víctima es Paulo César Troncoso Feijóo, de 42 años, quien enfrentaba procesos judiciales por tenencia de armas y había sido aprehendido en noviembre de este año.

Con tristeza, una de sus hermanas relató que como consecuencia del ataque perpetrado con armas de fuego tipo fusil y pistola, su hermano mayor también resultó herido y se encuentra hospitalizado.

“Al segundo de mis hermanos lo mataron hace un año y siete meses. Al último, lo asesinaron ayer (domingo). Mi hermano mayor está gravemente herido. No entendemos esta tragedia que nos ha golpeado como familia. No sabemos la razón de estos atentados”, expresó con la voz quebrada.

Se tiraron al piso

El ataque ocurrió a las 14:30 en las calles Oriente y Octava. Además de la víctima mortal, tres jóvenes resultaron heridos: dos recibieron disparos en la cabeza y están en estado crítico, mientras que otro ha perdido la movilidad en las piernas.

“Mis dos hermanos se dedicaban desde hace 14 años a la elaboración y venta de monigotes. Comenzaban a confeccionarlos en junio y los vendíamos a unas cuadras de nuestra casa. Era un trabajo que heredamos de nuestro padre, una tradición familiar”, explicó otro allegdo.

La tragedia se desató mientras los hermanos y otros miembros de la familia pintaban y daban los últimos retoques a los muñecos.

“Uno de los jóvenes que estaban con nosotros salió corriendo, pero lo siguieron y le dispararon. Recibió un tiro que atravesó su cabeza. A mi otro hermano lo mataron en este mismo lugar. Nunca supimos el motivo; se llevó la razón de su asesinato a la tumba. En aquel entonces, él trabajaba en una embarcación en Galápagos. No entendemos por qué se han ensañado con mi familia”, lamentó.

El ataque ocurrió mientras la familia Troncoso Feijóo almorzaba afuera de su casa, una vivienda de una planta con fachada celeste.

“Los hombres estaban haciendo los monigotes, y nosotras habíamos preparado un seco de pollo. Todos estábamos comiendo cuando, de pronto, llegaron dos sujetos armados a bordo de un carro rojo y comenzaron a disparar. Éramos como diez personas afuera, entre niños y adultos. Todos nos tiramos al suelo tratando de salvar nuestras vidas”, recordó una testigo.

De acuerdo con información policial, en la escena del crimen se recogieron 35 indicios balísticos, incluidos casquillos de municiones de calibres 2.23, 5.56 y 9 milímetros. Uno de los heridos también presenta antecedentes penales por asociación ilícita.

El atentado ocurrió en un sector del distrito Nueve de Octubre, una zona que actualmente contabiliza 118 muertes violentas.

Desde el 1 de enero hasta el 9 de diciembre, la Zona 8, que comprende Guayaquil, Durán y Samborondón, ha registrado un total de 2.210 crímenes.

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