En un año de funcionamiento se han realizado unos 53 millones de viaje a bordo de los trenes del metro de Quito. El recorrido entre Quitumbe, en el sur, y El Labrador, en el norte es de 35 minutos lo que ha ayudado sobre todo a los habitantes de esa zona en su diario vivir.

Aunque el sueño de muchos es que el trayecto se extienda más al norte o a los valles, este sistema de transporte ha mejorado la dinámica, sobre todo del sur de la urbe, pues son quienes van a la zona comercial y universitaria: en Iñaquito y la avenida América.

“Yo vivo en La Morán Valverde (en el sur), entro a las 7 de la mañana a clases, ya no tengo que salir a la madrugada para llegar a tiempo a la universidad (Central)”, dijo Mellisa Padilla, estudiante de psicología.

La dinámica cambió para ella, pues compró una Tarjeta Ciudad y se evita las grandes colas de la hora pico. Además de que puede “dormir un poquito más en las mañanas”, también ha dejado de exponerse al peligro de la oscuridad.

Lizbeth García, una empleada privada se moviliza desde el Recreo hasta Quitumbe. “Por trabajo yo debo moverme a varios sitios. Ya he dejado de andar en bus”.

Movilización más segura con el Metro

Los ciudadanos ven al metro como un lugar seguro a pesar de la alta demanda. “Si hay alguien sospechoso lo chequean enseguida. Tampoco dejan pasar a personas con aliento a alcohol”, comentó Raquel Freire, una emprendedora.

Ella vive en Quitumbe, última estación en el sur, y se trasladaba hasta hace poco al sector de la Jipijapa para ir trabajar. “Antes hacía tres trasbordos y me demoraba una hora y media. Ahora no es ni media hora”, explicó.

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Eso sí, reconoce que los usuarios aún mantienen educación dentro de los trenes y que tener la tarjeta le ha facilitado los viajes. “También hay que colaborar. Nada nos cuesta comprar la tarjeta y evitar hacer filas”, agrega.

Según el Municipio de Quito, aproximadamente 600 mil personas utilizan sistemas de pago digitales. Actualmente, el 42 % de los usuarios han adoptado estos medios de pago.

Para Raquel es recomendable que no se paren los controles ni la vigilancia tanto en estaciones, como en los vagones. “Sí siente uno más seguro. En el bus generalmente se roban los celulares o las carteras”, aseveró.

La superficie con menos afluencia en buses

Las líneas de buses, sobre todo en el corredor occidental ya no se ven tan abarrotadas como antes. Este trayecto va por la avenida Mariscal Sucre y atraviesa los túneles de San Roque y San Juan.

Wilson Proaño, quien vive en El Calzado, comentó que, aunque ha visto las unidades menos llenas ha preferido ir en metro hacia el norte. “El tráfico sigue siendo fuerte si uno quiere ir en bus. En Metro, aunque puede estar lleno, se llega rápido”, expresó.

Según la encuesta Quito Cómo Vamos, solo el 6 % de los habitantes de Quito usan este transporte. El 66 % de quienes no lo usan, no lo hacen por su ubicación, es decir que el recorrido no les sirve.

El concejal Andrés Campaña dijo que uno de los principales factores para la subtulización es la falta de reordenamiento de rutas y la conexión con el transporte en superficie. “El 9 de junio venció el plazo para la implementación del plan de reestructuración de rutas”, dijo.

Para el edil, el metro sigue siendo una obra costosa y subutilizada, pues para 2024 se ha establecido un subsidio de 36 millones de dólares, mientras que los ingresos llegarían solo a 19 millones. “A esto sumamos la deuda de a primera línea que supera los 926 millones”.

Eso sí, agregó que ya se han suscrito los contratos de mantenimiento. “Lastimosamente la unidad operativa 16 sigue fuera de funcionamiento tras su desacrrilamiento y la unidad 3 está inoperativa”, explicó.

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