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El señor recorre el parque de Conocoto tres veces a la semana.Cortesía

¡Hágale el gasto a don Édgar, él lo necesita!

El humilde vendedor tiene discapacidad visual de 81 %. Vende bolos en Conocoto para sobrevivir

Ni la discapacidad visual ha detenido a Édgar Patricio. El hombre de 41 años que día a día lucha por llevar el sustento a su hogar. Vive solo cerca de Conocoto, en el suroriente de Quito y se gana la vida vendiendo bolos en los alrededores de ese sector.

Pese a los golpes que le ha dado la vida, este cidadano no deja su sonrisa de lado. Atiende con amabilidad y humildad a quienes se acercan al pequeño carrito en el que lleva las golosinas congeladas. Viene al día, aseguran quienes lo conocen.

Una joven del lugar fue quien compartió su historia en redes sociales. Ella narra que lo que ha vivido Édgar Patricio ha sido muy duro, aún así se sostiene en pie. No tienen esposa, tampoco hijos, por lo que no existe nadie en este mundo que lo cuide y esté pendiente de él.

Según el carnet de discapacidad, que el señor lleva colgado al cuello, su deficiencia visual es sumamente grave, de un 81 %. Esto jamás ha sido una excusa para que el hombre deje de lado su carrito de bolos.

Todo lo que pide a quienes pasan por donde él lleva sus productos, es que le hagan el gasto. Los lunes, miércoles y viernes lo encuentran sentado en el parque de Conocoto, mientras que los martes y jueves recorre los alrededores, guiado únicamente por su oído.