La zona de Huachi Chico, sur de Ambato, está conmovida por el caso de tres supuestos violadores. Ellos, amigos entre sí, están implicados en dos violaciones a menores de edad entre mayo y junio de este año. Uno de estos abusos terminó en el suicidio de la víctima.

A pesar de que las investigaciones están abiertas ninguno cumple prisión preventiva. Las menores no se conocieron, pero han pasado por el mismo trauma. De acuerdo a lo contado por las muchachas, los sujetos merodean los parques, donde se hacen amigos y se muestran amables hasta tener la confianza para invitarlas a beber y una vez que las emborrachan los tres participan de una abusiva orgía.

LA PESADILLA

El primer hecho sucedió a las 23:30 del 2 de mayo. La adolescente, de 17 años, pidió auxilio a su hermana por WhatsApp. La pariente le pidió su ubicación, pero uno de los implicados habría manipulado la aplicación, lo que complicó la ayuda y cuando llegaron al lugar ya se había cometido el ultraje.

Según la Fiscalía, en el sitio estaban los tres en ropa interior, mientras que la chica estaba sobre el colchón sin ropa. Al parecer, los sujetos se turnaron para abusar de ella.

Maritza Gamboa, activista por los derechos de la mujer, comentó que hubo algunas negligencias en el caso. Por ejemplo, los policías que tomaron procedimiento no realizaron la prueba de alcoholemia.

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Además, la médico de turno del hospital al que llevaron a la menor emitió un certificado donde mencionaba que la víctima tenía un desgarro anterior.

Por ello, no lograron procesar a los sospechosos por violación, sino por abuso sexual y solo a uno de ellos. Esto lo contaron los padres de la víctima y, según Gamboa, consta en el procedimiento al que tuvo acceso porque apoya a los afectados.

A las 16:00 del 4 de mayo la adolescente se ahorcó aprovechando que estaba sola en casa. Recién allí, la Fiscalía solicitó a Medicina Forense que le practiquen una prueba histopatológica, donde se confirmó que la adolescente tenía desgarros recientes, tanto anales como vaginales.

Entonces se reformularon cargos para que el caso sea investigado como violación y no como abuso sexual. El 5 de julio será la audiencia para saber si llaman o no a juicio a uno de los tres sospechosos.

EMBORRACHAN Y VIOLAN

El segundo caso de violación se registró entre el 26 y el 27 de junio. El procesado, que recién cumplió 18 años, habría llevado a la menor de 12 hasta su domicilio y tras emborracharla la habría violado.

Según la abuela de la menor, ella estuvo encerrada toda una noche con los sujetos. Aunque en su versión contó que solo uno la ultrajó. Los otros dos habrían observado todo.

La adolescente llegó a su casa llorando, por lo que le preguntaron qué le pasó. En cuanto les relató lo sucedido, los familiares tomaron contacto con la policía. Y por ser delito flagrante se realizó un allanamiento a la casa, en la que descubrieron condones.

El sujeto fue aprehendido y el juez, a pesar de que la Fiscalía le explicó de la reiteración de las infracciones, le dictó medidas sustitutivas de presentaciones periódicas cada viernes. Según los familiares, los otros dos no fueron buscados. El implicado habría declarado que “como no sabía cuántos años tenía su amiga tuvo relaciones sexuales”.

La abuela de la menor se sorprendió cuando la muchacha declaró frente al juez que ella había permitido tener sexo. “No sé si amenazan a las chicas. Solo esperemos que no hayan más víctimas de estos pervertidos”, aseveró.

LOS EXPERTOS

“Una niña de 12 años no puede decidir sobre su cuerpo. Los adolescentes a partir de los 14 años tienen capacidad de consentir una relación sexual, pero con personas que tengan hasta 18 años de edad. Si es de menor edad es violación”, aseguró el abogado Luis Jerez al ser consultado por EXTRA.

“No esperemos que más víctimas se suiciden para dar paso al internamiento preventivo a los agresores. ¿Qué está pasando con los señores jueces de la Unidad Judicial de Familia, por qué se negó mandarlo a la cárcel al agresor, pese a que existe reiteración en la misma infracción en delito flagrante”, cuestionó la penalista Sandra Ojeda Castillo.

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