Una banda criminal integrada por dos sujetos, dos mujeres ecuatorianos y un individuo peruano fue desarticulada la madrugada de este miércoles 19 de febrero del 2025. Según la Policía Nacional, los detenidos sabrían cometer delitos de una forma particular. 

La investigación de los agentes duró aproximadamente tres meses, en los cuales indagaron el modo de operar de los delincuentes y culminó con el allanamiento de cuatro domicilios ubicados en el Comité del Pueblo, en el norte de la capital. 

En las viviendas donde atraparon a los presuntos delincuentes encontraron varios indicios que los relacionaría con los delitos de estafa y robo en el que estarían inmersos. Hallaron herramientas mecánicas, repuestos de vehículos y otras evidencias. 

Pero no solo eso, los policías encontraron dos altares a la Santa Muerte en los que había dinero, flores, frutas, dulces, cerveza y otros objetos que presuntamente los ofrendaban para que 'les vaya bien' en sus delitos. 

¿Cómo operaban los sospechosos?

Los sospechosos, al parecer, solían ubicarse en zonas estratégicas en las que había mucho tráfico vehicular en sectores como Calderón y la Río Coca, en el norte de Quito. Aunque hay detalles de que también migraban a Riobamba e Ibarra para cometer sus fechorías. 

Cuando veían a un adulto mayor conduciendo un vehículo solían llamarle la atención para indicarle que tenía un desperfecto en su auto o que los neumáticos estaban desinflándose. Lo hacían reiteradas veces hasta que la víctima detenía la marcha del carro. 

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Entonces, los presuntos delincuentes se les acercaban y les decían que alguna pieza del vehículo estaba dañada y que necesitaba que la repararan. Segundos después, otras personas se acercaban, se hacían pasar como mecánicos y les ofrecían reparar los elementos dañados. 

¿Cuánto dinero les pedían a sus víctimas?

Sin embargo, según las investigaciones, no reparaban nada, sino limpiaban bien la supuesta pieza con desperfectos y le colocaban un sticker para amagar que le cambiaron por una nueva. Luego les cobraran cantidades desde 700 hasta 1.500 dólares por el supuesto trabajo de reparación. 

Cuando los afectados se negaban a pagar esas cantidades, los supuestos criminales los intimidaban e, incluso, los agredían físicamente para que les cancelaran lo solicitado. Durante toda la investigación, La Policía reunió 15 denuncias de posibles afectados bajo esta nueva modalidad de robo. 

Dos de los detenidos registran antecedentes penales por delitos como robo, asociación ilícita y estafa. Todos fueron llevados a la Unidad de Flagrancia para iniciar el proceso judicial en su contra.

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