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Quito: Fuego y garrote para los choros que quieran molestar en el barrio Lourdes de Cutuglahua
Ladrón cogido será ajusticiado es la consigna de los moradores. Los delitos incrementaron en la zona. La Policía gestiona más personal para dar resguardo.
Los moradores tienen lista la caja de fósforos y una pila de madera para quemar al delincuente que capturen cometiendo una fechoría.
Están cansados de los robos y el olor a marihuana que acecha el barrio Lourdes de Cutuglahua, al sur de Quito.
Lo peor de todo, según Jhoanna Godoy, es que la Policía no asoma cuando ocurre un delito. “La semana pasada casi violan a una chica y nunca llegó el patrullero”.
La vecina añadió que están asfaltando una vía y ha dejado de pasar una línea de buses. Por eso, los habitantes tienen que cruzar a pie a los sectores que están al otro costado de la avenida Maldonado y son presas fáciles de los choros.
A Godoy le han robado por dos ocasiones el celular y sus documentos cerca del puente peatonal. “Para el colmo, eran los mismos y son de barrios cercanos al nuestro”.
Apoyo
Justino Aymara es uno de los fundadores de Lourdes de Cutuglahua. Llegó hace 40 años y asegura que por defender su barrio y a su gente no le temblaría la mano para prender en llamas a un delincuente.
Él y otros habitantes apilaron ramas cerca del coliseo como advertencia para que sepan los ‘choros’ cómo terminarán si cometen algo indebido.
Rosa Pérez está de acuerdo con Aymara y añade que es la única forma en la que se ha podido enviar un mensaje a la delincuencia. Hace cinco meses atraparon a cuatro sujetos que los pillaron mientras robaban los borregos de un morador. Les dieron una paliza, les rociaron gasolina y casi forman una hoguera con ellos.
“Lo hacemos para darles un escarmiento, pero si es necesario, los chamuscamos”, enfatiza.
Perros y alarmas
Los recursos no alcanzan, para los barrios de Lourdes, San José, San Alfonso, Aliusco, Santo Domingo y La Merced hay solo un retén policial.
Según el capitán Jeason Lascano, cuentan con un patrullero y 10 uniformados para cubrir los siete sectores. “Estamos gestionando para traer otro vehículo y más compañeros”.
A falta de presencia policial, los vecinos tienen una cuadrilla de canes comunitarios, quienes los acompañan en sus trayectos y ladran a los sospechosos. También han colocado alarmas para advertir cuando exista un problema.