Exclusivo
Actualidad

La jornada arrancó en Quito con la inmunización de personal de la casa de salud de las Fuerzas Armadas.René Fraga / EXTRA

Los 'pinchazos' contra la COVID-19 se quedaron cortos

Inició el proceso de inmunización al personal médico de Ecuador, solo que a muchos no les 'pararán bola' durante un buen tiempo

El Hospital Militar de Quito fue uno de los primeros en recibir parte de las 8.000 vacunas de Pfizer que arribaron al país.

Hasta el jueves 21 de enero, la casa de salud ya tenía una lista de los beneficiados. Las dosis solamente alcanzarían para 36 personas. Una de ellas fue Jeanneth Morales, jefa del área de Emergencias, quien se convirtió en la primera en recibir la inmunización.

Pero no todos sus compañeros corrieron con la misma suerte, debido a la llegada de esa ínfima cantidad. Manolo Hernández, director del hospital, dijo que les solicitaron a las autoridades 1.561 inyecciones para inocular al personal de primera línea.

Ahora solo se cubriría al 2 % durante 21 días, luego de lo cual se prevé que les aplicarán la segunda dosis. Los demás tienen que esperar hasta que se complete, al menos, el primer lote.

La cantidad de vacunas contra el coronavirus, prevista para Ecuador, es de 86.000 para trabajadores de la salud y personas de la tercera edad. Solo que no se conoce el porcentaje que arribará en las siguientes semanas.

“Esperemos que en el transcurso del tiempo se complete el número que requerimos”, comentó Hernández con un sinsabor. ¿Cuándo llegarán las dosis para la segunda ronda de vacunación? El oficial dijo que eso lo deberá responder el Ministerio de Salud.

Posgradistas se dicen ignorados

Esta realidad también se extendió a los médicos posgradistas. Solo que en su caso, no fueron ni siquiera incluidos en las listas para las vacunaciones.

Así lo afirmó Pablo Arévalo, representante de este gremio, quien también ha estado al frente durante la pandemia. “Nosotros como no tenemos ninguna relación de dependencia con las casas de salud, no fuimos tomados en cuenta”.

Y esto no debería ocurrir, ya que se aprobó una ley en la que se otorgaban contratos ocasionales durante el trabajo que brinden los galenos en posgrado. Pero esto no se ha respetado ni puesto en marcha, acotó.

Arévalo detalló que hay cerca de 500 médicos de esta rama que no recibirían las dosis ofrecidas por las autoridades de Salud. 

“Quizá nos toque esperar meses, años”

Eran las 09:20 de ayer y el rostro del doctor Julio César Velásquez evidenciaba ansiedad. Desconocía si era porque iba a ser el primer ‘pinchado’ en Guayaquil contra la COVID-19 o por la presencia de los medios de comunicación.

Aunque sabía que estaba en la nómina del personal del Hospital General del Guasmo Sur que se iba a vacunar, el portovejense de 34 años se enteró de que era el primero media hora antes que el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, oficializara la vacunación.

“En diez años como galeno no imaginé enfrentar la pandemia. Al principio nos superó. Ahora la situación sigue compleja, pero estamos más preparados”, dijo Julio César, quien está desde hace un año y medio en el área de emergencias.

Mientras en la casa asistencial se aplaudía por los primeros ‘pinchazos’ contra el virus, una veintena de personas esperaban por una respuesta sobre la salud de sus seres queridos que luchan contra el virus.

En su mayoría, los consultados por EXTRA están de acuerdo en que se dé prioridad a quienes están en la primera línea, como es el personal hospitalario.

Julio César Velaásquez, médico del Hospital General del Guasmo, fue el primer vacunado en Guayaquil.Christian Vinueza / EXTRA

DUDAS Y MAS DUDAS

Pero en el aire quedó la duda sobre cuándo accederán a la vacuna las personas menos vulnerables, como son los jóvenes o quienes no padecen de alguna enfermedad.

“Dicen que somos resistentes al coronavirus, pero eso no quita que en cualquier momento ‘pague piso’ y me agarre el bicho (virus)”, manifestó Kléber Ayoví, de 32 años, quien esperaba el diagnóstico médico de una amiga que fue ingresada en ese hospital el lunes último.

Cerca estaba Alejandro Aucapiña, de 25 años, quien comentó que su padre Alejo se recupera en la casa asistencial y considera justo que las primeras dosis que lleguen deben ser para quienes están combatiendo el virus, además de los adultos mayores.

“Quizá pasen meses o años para que nos inmunicen, pero no se puede hacer más, es lo que hay”, opinó Aucapiña.