Mientras preparaba sus cosas para llevar a sus hijos al colegio, Grace Viteri escuchó en los noticiarios que había un paro de transportistas que exigían un aumento en el valor del pasaje. A pesar de la situación, decidió salir, aprovechando el tiempo limitado disponible.

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"Para ir al colegio, por mi casa pasan cinco líneas de buses. Pasaron más de 20 minutos y no pasó ninguna," contó Viteri a EXTRA. "Todos los taxis, formales e informales, estaban llenos. Alcancé a ver a un vecino y nos llevó," agregó la madre de familia, quien vive en el sector de Huancavilca Sur.

Como Viteri, muchos padres de familia han tenido que improvisar maneras para llevar a sus hijos a los planteles educativos debido a la paralización de 44 de las 58 operadoras de transporte urbano desde el lunes 9 de septiembre.

Verónica Carrasco decidió no enviar a sus hijos al colegio. "Entre ida y vuelta a la institución, se me van mínimo cinco dólares. Eso es más que un almuerzo," expresó la madre de familia.

La Subsecretaría de Educación de Guayaquil confirmó a EXTRA que, a pesar de las evidentes molestias relacionadas con la movilización de los alumnos, no han recibido ninguna solicitud formal de las instituciones para suspender la jornada escolar. "Estamos evaluando la situación de cada plantel, y para aquellos que no han podido asistir, hemos activado el plan de contingencia para su continuidad educativa desde casa con las fichas pedagógicas," aseguró el departamento de Educación.

En el ámbito de la educación superior, la situación es similar. Reynaldo Vázquez se pregunta cómo llegará a sus clases hoy y critica que tanto las autoridades como las universidades no se hayan pronunciado sobre la suspensión de clases. "No tengo cómo ir a clases; un taxi hasta donde está mi universidad me cuesta 10 dólares. Necesito 20 dólares para ir y venir, y con la situación económica actual, no tengo ese dinero, así que me veré obligado a faltar a clases," dijo el estudiante universitario.

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La Autoridad de Tránsito Municipal de Guayaquil (ATM) indicó que mantiene agentes en los puntos críticos para elaborar informes técnicos y sancionar a las cooperativas que no están operando, advirtiéndoles que la paralización del servicio público puede resultar en sanciones penales o administrativas. Mientras tanto, la ciudadanía sigue improvisando formas de llegar a sus destinos y se pregunta cómo manejarán la situación durante la semana si el paro se mantiene indefinidamente.

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