La creencia de que el nombre que elegimos para nuestros hijos puede influir en su destino y personalidad ha existido desde tiempos antiguos. Un estudio reciente realizado en Estados Unidos ha explorado esta idea, estableciendo una relación entre los nombres y el comportamiento de los niños en edad escolar.

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En la Antigua Roma, por ejemplo, los nombres no solo identificaban a las personas, sino que también reflejaban su estatus social y virtudes. Aunque la mayoría de los expertos sostiene que no hay una conexión significativa entre el nombre y la personalidad, una encuesta llevada a cabo por el portal School Stickers a más de 63.000 padres ha revelado hallazgos sorprendentes.

Según este estudio, replicado en castellano por el medio argentino Diario Uno, algunos nombres parecen estar más asociados con comportamientos desafiantes en el aula. Estos nombres fueron identificados como los de los niños que tienden a ser “más traviesos”. Entre los nombres que se vinculan con niños de mal comportamiento se encuentran:

Por otro lado, el sitio Ser Padres en España ha declarado que "Sophie es el nombre de niña más bonito del mundo", resaltando la importancia de la sonoridad y fonética en la percepción de los nombres. La encuesta también sugiere que algunos nombres de niña, asociados con características positivas.

Entre los nombres de niño que destacan por su buena conducta, Jack es considerado uno de los más bellos y frecuentemente vinculado a la bondad, seguido por Oliver, Charlie, Thomas, James, Daniel, Joshua y Harry.

Aunque la conexión entre el nombre y el comportamiento sigue siendo un tema debatido, el estudio invita a reflexionar sobre las percepciones culturales que rodean los nombres y su posible impacto en la vida de los niños.

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