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A Jack le gustaba ver como Jhon arreglaba los motores.Cortesía

Quien da pan a perro ajeno... la historia del mecánico de Carapungo que perdió a Jack

La mascota lo acompañaba en sus jornadas laborales en el norte de Quito, pero un día desapareció. Había vuelto con sus antiguos dueños

Jhon Enríquez extraña mucho a su compañerito de jornada, un perro mestizo de orejas largas y collar rojo, llamado Jack .Fueron apenas dos semanas las que compartieron juntos debajo de los autos que arregla Enriquez, o dentro de la oficina en la que atiende a los clientes, en Carapungo, norte de Quito.

Pero ese tiempo fue suficiente para que el mecánico se encariñara con el animalito. Fueron unos conocidos del mecánico quienes se lo habían entregado. “Ellos no podían tenerlo y me lo dieron”, recuerda Jhon. Sin embargo, hace unos días el mecánico notó que Jack no aparecía por ningún lugar.

Lo buscó por el taller mecánico y por las calles cercanas al local, pero no lo encontró. Entristecido puso la foto de su amigo en redes sociales con la esperanza de que alguien lo reconozca. La respuesta llegó días más tarde cuando los primeros amos de Jack le dijeron que este regresó a su casa.

“Sí me quedé triste porque no había mejor ayuda que la compañía que él me daba”, narra Enrique, quien tiene otra perrita rescatada en casa. “Ella es una loca, salta por todos lados. Jack era tranquilo se ponía a la altura de mi cabeza para ver cómo cambió el motor. Lo extraño”, agrega.

Adoptar mascotas 

Lo único que hoy consuela al mecánico es saber que su excompañero de jornada está a salvo. “Hoy en día se ve tanto maltrato a los animales y eso es muy duro porque hay personas que les hacen daño, mientras que otras anhelan con tenerlos”, comenta Enríquez, para quien la adopción de mascotas es la mejor alternativa.