El número de fallecidos relacionados con la matanza ocurrida en Camilo Ponce Enríquez ha aumentado a seis, luego de que uno de los tres sobrevivientes del ataque perpetrado la madrugada del martes 13 de agosto falleciera en la casa de salud donde fue trasladado, según confirmaron fuentes policiales. Esta trágica cifra evidencia la escalada de violencia que ha azotado a esta región del sur del país, una zona que ha visto un incremento en los enfrentamientos entre bandas criminales que operan en las minas ilegales.

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Según la versión de un investigador involucrado en el caso, las víctimas estaban vinculadas a un feroz enfrentamiento entre dos células de la misma banda criminal conocida como "Los Lobos", que han sembrado el terror en Camilo Ponce Enríquez y sus alrededores. Este grupo, que tiene su base de operaciones en Machala, provincia de El Oro, ha estado implicado en varios episodios de violencia extrema, incluyendo un ataque en junio que dejó ocho muertos en el mismo cantón de la provincia de Azuay.

"Los fallecidos formaban parte de una de las células de 'Los Lobos', que al parecer, se dedicaban a la extorsión y al cobro de vacunas. La guerra interna entre estas facciones ha surgido por el control del lucrativo negocio de la minería ilegal en la región. Dos de los occisos ya han sido identificados y ambos registraban antecedentes penales por robo y tráfico de armas", explicó un oficial de la Policía.

Uno de los seis fallecidos fue identificado como Walter Javier Cortez Gruezo, de 37 años, oriundo de la provincia de Esmeraldas. Su muerte es un ejemplo más de cómo el conflicto por el control de las minas ha cobrado vidas más allá de las fronteras de esta provincia.

El oficial también reveló detalles macabros sobre la escena del crimen: dos de los cinco cadáveres encontrados en el lugar del ataque estaban decapitados, mientras que otros dos cuerpos habían sido incinerados, lo que subraya la brutalidad con la que estos grupos operan. Los cuerpos fueron trasladados por el vehículo de Medicina Legal al Centro Forense de Cuenca, donde se realizarán las autopsias para determinar las circunstancias exactas de las muertes.

En una escalofriante extensión de la violencia, la mañana de este jueves, cerca de un establecimiento educativo en Machala, fue encontrada una cabeza humana dentro de una funda plástica. Junto a esta, había un panfleto con mensajes amenazantes, que, según la policía, podría estar relacionado con el ataque en Ponce Enríquez. Se cree que esta cabeza pertenece a una de las víctimas de la matanza, lo que ha generado una creciente preocupación en la comunidad ante la evidente falta de control sobre estos grupos criminales.

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