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La lucha del Gobernador Javier Buitrón contra el crimen y la violencia en Esmeraldas
El gobernador de la provincia de Esmeraldas, el excomandante Javier Buitrón, habla para EXTRA y cuenta la situación de este territorio a su cargo
Javier Buitrón Flores fue designado gobernador de Esmeraldas el 10 de enero de 2024, un día después de la brutal ola de violencia que sacudió al país. En su primera intervención, el excomandante de Policía advirtió que no iba a tener contemplación contra las bandas criminales y ofreció mano dura contra quienes alteran la paz en esa provincia.
Su designación respondió a un clamor de la gente, que conocía su trabajo al frente de la comandancia de la Subzona 8 de la Policía Nacional. Los esmeraldeños veían en él un líder que podía encontrar una salida a los ataques terroristas vinculados a grupos narcos y del crimen organizado.
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Con su llegada la violencia criminal se redujo en un 52%, en una provincia donde la tasa de asesinatos era de 69 muertos por cada 100.000 habitantes.
Una de sus primeras acciones fue liderar la liberación de 11 rehenes de la cárcel de Esmeraldas. ¿Cuánto influyó aquello en el inicio de su labor?
Influyó mucho, porque trabajamos estratégicamente con Fuerzas Armadas y Policía Nacional para recuperar la gobernanza de la provincia, pues había espacios territoriales donde la gobernanza estaba encabezada por organizaciones criminales. Lo que buscamos es que la población pueda transitar libremente en los espacios públicos.
Una de sus primeras acciones fue liderar la liberación de 11 rehenes de la cárcel de Esmeraldas. ¿Cuánto influyó aquello en el inicio de su labor?
Me refiero a que estas zonas eran controladas y custodiadas por las organizaciones criminales. Es decir, ellos hacían y deshacían en esos espacios públicos que son del Estado, en esos espacios donde los ciudadanos vivían atemorizados, con terror, en la desesperación y en la angustia diaria. Solo en 2023, aproximadamente 1.800 familias salieron de la provincia de Esmeraldas con ese dolor y esa angustia porque eran amedrentados todos los días. Hubo familias que se fueron a otras provincias, otros tomaron rumbo a Norteamérica y Europa.
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Y ahora que hay menos violencia, ¿han retornado esas familias?
Están retornando paulatinamente porque la ciudad y la provincia han recuperado la paz. Tenemos actualmente una tasa de 12,73 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, hemos bajado alrededor del 400% el índice de violencia en la provincia y tenemos que seguir bajando esos números. Tenemos 128 muertes violentas menos que el año anterior, menos 52% de crímenes. El 95% de los esmeraldeños se sienten seguros.
Sin embargo, hace tres semanas hubo un repunte de asesinatos, con más de 15 personas ejecutadas al estilo sicariato, lo cual revivió el miedo en la población. ¿Cómo explicar eso?
Hay personas que quieren que esto continúe, que quieren seguirse beneficiando de la violencia criminal. Hay personas y grupos a quienes no les interesa la paz y la tranquilidad, porque al mantenerse Esmeraldas ‘caliente’ reciben ciertas prebendas. Pero nosotros pusimos un alto con los operativos y la detención de alrededor de 20 cabecillas de bandas durante una semana. Durante ocho días tuvimos esas incidencias.
La Policía alega que puede tratarse de que los delincuentes están retornando a Esmeraldas debido a que provincias como Los Ríos y Manabí se encuentran militarizadas. ¿Qué opina al respecto?
Son opiniones respetables. Ese repunte de violencia se debió a que dos o tres días antes detuvimos a dos ciudadanos que eran responsables de más de 20 muertes violentas cada uno. Ese fue un golpe importante que se dio en el sector de Las Palmas. En respuesta, la organización a la que pertenecían los detenidos empezó a asesinar a los presuntos informantes de otra organización. Fue un enfrentamiento entre organizaciones delictivas.
¿Qué está haciendo el Estado, más allá de la estrategia militar y policial?
Trabajamos con brigadas de servicios sociales ingresando a territorios donde antes era imposible entrar, que estaban olvidados y marginados. Poniendo energía eléctrica donde no había, reabriendo escuelas, promoviendo actividades deportivas. Queremos brindarle más oportunidades a la gente. También estamos trabajando con las familias a través de directivas comunitarias para transmitir el mensaje de cooperación, de vivir en comunidad, de trabajar por los demás, tener empatía y el cuidado de los menores para que no tomen caminos equivocados.
Reactivación económica en Esmeraldas
En lo relacionado a obras para la provincia, Javier Buitrón saca cuentas positivas, aunque la mayoría de ellas sean, por ahora, solo expectativas y planes. Nada más. Por ejemplo, asegura que se está planteando la ampliación de la Refinería, que generaría entre 3.000 y 5.000 fuentes de empleo.
“Planteamos también la concesión del Puerto de Esmeraldas para generar 2.000 fuentes de empleo directos y otros 3.000 indirectos. Estamos dragando el Puerto para que después de cuatro o cinco meses ingresen buques de gran calado, porque actualmente Esmeraldas saca su carga a través del Puerto de Guayaquil”, agrega, sobre otros proyectos.
“Buscamos que se abra el puente sobre el río Mataje, para que ingrese el turismo”, señala también en un cuarto plan en análisis. Algo más cercano y real podría estar en la vialidad. Buitrón asegura que “en los próximos días empezamos los trabajos en los 92 km de la vía Quinindé-Esmeraldas para que la gente siga viniendo, porque nuestra ocupación hotelera en feriados no llegaba ni al 5%, ahora supera el 80%, eso indica que Esmeraldas se está reactivando”.
Agrega que alrededor de 33 puntos críticos, de los 58 que se han detectado en esa vía, serán intervenidos en los próximos días. “Ya están los presupuestos asignados, recientemente se realizaron los estudios para agilizar los trabajos”, afirma.
“Y reabrimos también el aeropuerto de Esmeraldas, no solo estamos dando golpes a la delincuencia sino también reactivando la economía”, sentencia el gobernador para destacar la atención a la provincia.
La captura de alias Calvo en Esmeraldas
La tranquilidad del barrio El Arenal fue interrumpida con el estruendo de las sirenas y el eco de las órdenes militares, mientras se ejecutaba un operativo que permitió la captura de Hairo Adolgo Obando Ortiz, alias Calvo, uno de los delincuentes más buscados y temidos de Esmeraldas.
Durante meses, el individuo había sido sinónimo de terror. Se le atribuían actos de extorsión, robos y amedrentamiento, pero su crimen más atroz ha sido la masacre del Puerto Pesquero Artesanal, ocurrida en abril de 2023. En ese hecho, nueve vidas fueron apagadas brutalmente.
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En enero de 2024, en medio de una revuelta en el Centro de Privación de Libertad de Varones de Esmeraldas, alias Calvo logró escapar. Se desvaneció en la oscuridad, desafiando a las autoridades y burlando a la justicia, hasta su recaptura. Este objetivo fue sorprendido en su guarida, donde comandos militares no le dieron oportunidad de reaccionar.
“Durante el operativo, se incautó un revólver calibre 38 y cinco cartuchos del mismo calibre”, dijo una fuente militar que participó en el operativo. La detención de alias Calvo trajo un respiro a la comunidad esmeraldeña. La noticia de su captura se propagó rápidamente, llevando consigo un sentimiento de justicia. Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional realizaron un extenso operativo para garantizar que el sospechoso no volviera a escapar.
La captura anterior de alias Calvo en Esmeraldas
La Policía recordó que, unos 20 días después de la masacre en el Puerto Pesquero Artesanal, alias Calvo había sido capturado junto a otras cinco personas. En esos allanamientos se encontraron dos armas de fuego, entre esas un fusil, una moto y dos celulares.
Ahora, el arresto de alias Calvo marca el cierre de un capítulo oscuro en la historia de Esmeraldas, pero también es un recordatorio de la fragilidad de la paz en una región asediada por el crimen. “Alias Calvo ya no podrá sembrar el miedo, pero el trabajo para sanar y proteger a Esmeraldas sigue siendo una prioridad para nosotros”, sentenció el teniente coronel Diego Velasteguí, jefe de la subzona Esmeraldas subrogante.
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