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Se le metió el diablo y la mató
Eso dijo un hombre que fue sentenciado a 34 años y 8 meses por haber estrangulado a su conviviente
Hasta altas horas de la noche del miércoles 29 de julio duró la audiencia de juzgamiento en contra de Carlos Washington Santillán Neira, de 37 años, acusado de supuestamente estrangular a su esposa delante de sus hijos.
El tribunal penal de El Oro decidió declarar culpable al procesado y le dictó una pena de 34 años y 8 meses de prisión, una multa de 800 salarios básicos, más 50 mil dólares por reparación integral y tratamiento psicológico a las víctimas directas.
El hecho sucedió en junio de 2019, en un barrio del norte de Machala. Pese a saber que estaba siendo buscado por la policía, acusado de la muerte de su esposa Ángela Demera Bermúdez, Santillán decidió refugiarse en un hotel del cantón Pasaje, provincia de El Oro. Estaba trabajando en una construcción, a lado de donde vivía, cuando uno de los familiares dio la voz de alerta a los agentes de la Policía Judicial y lo capturaron.
El sujeto se hizo pasar como Miguel Suárez, se había hecho un nuevo corte de cabello con el objetivo de engañar a los uniformados; sin embargo, uno de los deudos descubrió el engaño.
“Mi esposa amenazaba con dejarme, decía que me dejaba a los niños y se iba, se me metió el diablo, por eso la maté”, habría confesado el hombre durante su aprehensión.
Esta declaración la sostuvo en la audiencia, donde le echaba la culpa a Lucifer de lo ocurrido y decía que estaba arrepentido. Pero esto no convenció a los jueces y le pusieron la máxima pena.
La familia de Ángela Demera Bermúdez, de 34 años, quien fue estrangulada delante de sus dos hijas menores de edad, están conforme con la sentencia.
El cuñado de Ángela, Marlon Miranda, recuerda que Carlos Santillán la celaba, más aún cuando tres meses antes de ser asesinada, ella decidió no tener intimidad sexual con su pareja, pues quería separarse ante los maltratos.
Demera no trabajaba, se dedicaba a las tareas del hogar, en tiempos libres realizaba manualidades con fomix y vendía en las escuelas de sus hijos.
Rosa López, dirigente del Movimiento de Mujeres de El Oro, dijo que se “hizo justicia, aunque eso no devuelve la vida de Ángela". (AG)