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“¡Se le metió el diablo!”
El sospechoso de asesinar a su expareja en El Empalme se habría entregado a Dios hace un año. Pero, según vecinos, se alejó de la religión
La sangre se le bajó a los talones. Melvin Cedeño estuvo a punto de desmayarse cuando vio a Johana Pillasagua con un corte en el cuello y sobre un charco de su propia sangre. El morador del recinto San Isidro, de El Empalme, era amigo de la infancia de la joven, de 25 años, que fue asesinada a puñaladas el pasado martes 1 de septiembre de 2020.
Para el vecino, este crimen va más allá de lo razonable, pues considera que al supuesto asesino, que era el exconviviente de Johana, Fabricio Almeida, “se le metió el diablo, debido a que se había apartado de los caminos de Dios”.
Melvin recordó que hace un año, la pareja decidió servirle al Señor para alejarse de conflictos, pues al lado de la casa de Johana, donde ocurrió el crimen, hay una iglesia adventista.
Sin embargo el morador, quien también es miembro de esa agrupación religiosa, manifestó que antes de la pandemia el sospechoso presuntamente se había metido a robar los objetos dentro del templo.
“Al principio dudamos que fuera él, ya que era una persona tranquila, pero con el paso de los días nos enteramos de que él había sido el ‘choro’”, contó.
Se llevó a la hija
Enrique Pillasagua, padre de Johanna, está consternado. Cree que si él no se hubiese ido de la casa a trabajar, a lo mejor su hija aún estaría con vida. Fue a realizar tareas agrícolas y ahí fue que Almeida habría aprovechado para ingresar. Cuando huyó, también se llevó a su nieta.
Enrique temía por la seguridad de la niña, pues aseguró que Almeida presuntamente tenía una denuncia por violar a una de sus hijas de un compromiso anterior. Por esto, presume que dejó encerrados en su casa a sus dos hijos varones, que fueron hallados llorando y con manchas de sangre, y se llevó consigo a la niña.
La golpeó
El cadáver de la joven fue llevado hasta la morgue de Quevedo. Luego de la autopsia, el médico forense les entregó los documentos a los parientes, quienes comentaron que Johana presentaba puñetazos en el rostro. Lo que presumen es que la golpeó y, como la mujer no se dejó, el sospechoso agarró el cuchillo y la asesinó.
Almeida fue aprehendido mientras se transportaba en un bus junto a su hija. Según el reporte policial, el hombre dejó botado el cuchillo con máculas de sangre. Su ropa también tenía huellas del fluido.
Los uniformados lo pusieron a órdenes de las autoridades competentes, para la respectiva audiencia de formulación de cargos. En la diligencia le dictaron prisión preventiva, con lo cual iniciaron las investigaciones por el delito de femicidio.
En San Isidro, los moradores estaban indignados por el acontecimiento y aseguraban que si lo hubieran encontrado cerca, lo habrían garroteado y hasta prendido fuego. No solo estaban molestos por el crimen de Johana, sino que lo acusaron de robarse las gallinas. Supuestamente, el implicado tiene problemas de adicción a las drogas.