Una paciente, de 24 años, fue protagonista de una intervención quirúrgica que tuvo un resultado sorprendente. Lo que los médicos hallaron en el interior de su estómago ha dejado boquiabiertos a más de uno.

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El caso ocurrió en el Hospital Verdi Cevallos Balda, de Portoviejo, Manabí. Los fuertes dolores y dificultad para comer que tenía la mujer llevaron hasta la sala operatoria donde intervinieron al menos cinco galenos.

Según con el informe médico, en el estómago de la mujer se halló un bezoar (bola de material extraño que se ingiere, compuesto de pelo o fibra) de enormes proporciones .

Se trata de una masa de al menos 40 centímetros de alto, con un peso de 2 libras y un volumen total de 896 ml, que durante los últimos dos años se albergó y creció en el estómago de la mujer, generando intenso dolor, vómitos y dificultad extrema para ingerir alimentos sólidos y líquidos.

"Era una masa que ocupaba toda la cavidad gástrica pudiendo incluso identificarse al tacto desde el exterior", indicó Pedro Lovato, especialista en Cirugía General y quien lideró el procedimiento.

Según el cirujano se trata de una paciente con una alteración psicoemocional, que le llevaba a ingerir su propio cabello. El diagnóstico definitivo se consiguió a través de una videoendoscopia realizada por el Servicio de Gastroenterología.

Por la gran obstrucción, que alcanzaba también la primera porción del intestino, la paciente había perdido peso de manera significativa, al punto de no poder ingerir alimentos. Además de salvarle la vida, la cirugía también evitó otras lesiones graves de estómago.

La intervención duró 45 minutos y de ella participaron los cirujanos Pedro Lovato y Eduardo Mantuano, cirujanos generales, el posgradista de cirugía Jefferson Parrales, la anestesióloga María Guerrero, la enfermera circulante Cristina Pisco y el instrumentista Ángel Alvarado.

Diario Extra consultó sobre este novedoso caso a la psicóloga clínica Claudia Lozano. La profesional indicó que se trataría de un episodio de tricofagia.

“Se trata de una alteración que se caracteriza por la ingesta de cabello, generalmente asociada previamente a la tricotilomanía, que es la acción de arrancarse el cabello”, dijo.

Lozano explicó que en la mayoría de las ocasiones estas conductas inician en la infancia, los niños arrancan disimuladamente el cabello de otras personas o su propio cabello para metérselo a la boca y después consumirlo.

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“Esta acción puede pasar desapercibida por muchos años, hasta la edad adulta, como una respuesta a situaciones emocionales que le mantienen al límite.

También puede presentarse en niños o adolescentes que tienen algún trastorno del neurodesarrollo”, indicó.

Según la psicóloga esta conducta puede mantenerse hasta que aparecen los síntomas de obstrucciones intestinales, como en este caso donde pasaron al menos dos años desde que se daba la ingesta de cabello.

“Dichos pacientes necesitan un abordaje inmediato con profesionales de la salud mental, en el caso de nosotros los psicólogos, intervención psicoterapéutica para control de impulsos, regulación emocional y que el paciente pueda tener una mejor calidad de vida”, concluyó Lozano.

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