Los estudiantes de una universidad ubicada en Las Cuadras, en el sur de Quito, están preocupados luego de enterarse de que un intruso había grabado videos de una alumna mientras ella utilizaba el baño de la cafetería.

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Los jóvenes están indignados porque consideran que este tipo de eventos deben ser informados a la comunidad universitaria, para saber si se hace un seguimiento del caso. “Yo siempre voy a la cafetería a almorzar. Desde ahora, mejor comeré afuera”, dijo una estudiante de enfermería.

Otro alumno de Ingeniería Mecánica enfatizó que las autoridades también deberían indicar cuáles son los protocolos de seguridad que se deben seguir cuando se presente un evento similar, para así ayudar a la víctima.

El individuo que grabó a la joven sería un trabajador de la cafetería y fue llevado a la Unidad de Flagrancia por el delito de violación a la intimidad. Sin embargo, la autoridad que conoció el caso lo dejó en libertad.

Según el expediente al que tuvo acceso EXTRA, el celular del mirón fue ingresado como parte de la cadena de custodia, pero no se realizaron las pericias de explotación del aparato para verificar si contenía dichas grabaciones. Extraoficialmente se conoció que el sujeto habría tenido varias filmaciones de la misma estudiante.

Cuando los policías que lo detuvieron le preguntaron cuál era el inconveniente que tenía con la señorita, el implicado respondió: “La verdad sí grabé el video, fue un rato de locura. Por eso me disculpé”.

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Algunos alumnos dijeron que deberían colocar cámaras de seguridad en los alrededores de los sanitarios para conocer quién entra y quién sale. “Así se pueden evitar estos actos lamentables”, mencionó uno de ellos.

EXTRA envió una solicitud de información al vicerrectorado de la institución para conocer las acciones que tomaron, y desde el área de Bienestar Estudiantil indicaron que el pedido “será revisado por las autoridades y le darán una respuesta”.

El psicólogo clínico Mauricio Muñoz explicó que desde el psicoanálisis, existen tres aspectos para estudiar a una persona: la psicosis, la perversión y la neurosis.

En este caso, el experto señaló que el mirón entraría en la última categoría, en la que, según él, se encuentran la mayoría de personas que están conscientes de que existe una ley simbólica de lo correcto o incorrecto, pero que por cuestiones emocionales o psicosociales lo reprimen y se desvían a otras cosas.

“Hay veces que personas neuróticas normales desarrollan un hábito que no es un trastorno mental con base en un rasgo perverso”, precisó. Muñoz añadió que son manifestaciones inconscientes del sujeto, que se convierten en una conducta problemática dentro del entorno social.

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