Después de tres días de intensa labor, el incendio en el Cerro Azul fue completamente extinguido en Guayaquil el miércoles 4 de diciembre. Este evento, además de generar serios daños ambientales, ocasionó inconvenientes adicionales, como la suspensión temporal de clases en colegios cercanos a los focos del incendio y la interrupción de transmisiones de varias radioemisoras, debido a la proximidad del fuego con antenas y repetidoras.

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Suspensión y reanudación de clases

El Ministerio de Educación suspendió las clases presenciales por 48 horas, siguiendo la recomendación del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal, debido a la mala calidad del aire generada por el siniestro. La medida afectó a 295 instituciones educativas ubicadas en Ceibos, Urdesa y la vía a la Costa, que migraron temporalmente a la modalidad en línea.

Sin embargo, tras reportarse una mejora significativa en la calidad del aire, la entidad confirmó que las clases presenciales se reanudarán este jueves 6 de diciembre. "La salud y el bienestar de nuestros estudiantes y docentes son nuestra prioridad", destacó el comunicado oficial, asegurando que se mantendrán medidas de bioseguridad para garantizar un retorno seguro.

Coordinación y liquidación del incendio

El incendio, iniciado la mañana del lunes 2 de diciembre, movilizó a equipos del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, Fuerza Aérea, Policía Nacional y otras entidades. Durante más de 60 horas, brigadas trabajaron para sofocar las llamas, utilizando drones para localizar los últimos focos activos en el terreno.

Finalmente, las operaciones culminaron la noche del miércoles, dando cierre a una emergencia que afectó el norte y oeste de la ciudad y que puso a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades locales y nacionales.

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