Un hombre lucha por su vida en la sala de un hospital de Quito tras haber sufrido heridas en el tórax, las costillas y el estómago, aparentemente ocasionadas por su pareja con un cuchillo.

La joven, de 21 años, descansaba junto a su pequeña hija en su casa, ubicada en Chimbacalle, en el sur de la ciudad, cuando su conviviente, de 44 años, habría llegado borracho y altanero.

Eran las 05:00 del sábado 25 de enero. Según la versión de la mujer, su pareja la insultó y la culpó de tener un amante. “Hija de p... ya vas a ver lo que te pasa”, le habría increpado.

Luego, el hombre fue a la cocina, tomó un cuchillo y trató de apuñalar a la joven. Ella esquivó los ataques, lo empujó, le lanzó patadas y puñetazos para evitar que le clavara el filo.

Al ver que no lograba su objetivo, el presunto agresor soltó el cuchillo y comenzó a estrangular a su pareja. Desesperada y sin fuerzas, la víctima observó a su alrededor, agarró un pequeño cuchillo que estaba sobre una mesa y lo apuñaló en varias ocasiones hasta que la soltara.

¿Cuál es el estado de salud del sujeto?

Después de defenderse, la mujer corrió hacia su hija para tranquilizarla, ya que la niña comenzó a llorar debido al alboroto que se había generado. Al mismo tiempo, observó que su pareja se desangraba en el piso y no sabía qué hacer.

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Llamó a la central de emergencias ECU-911 para reportar lo sucedido. Les informó que su conviviente se encontraba inconsciente y perdiendo sangre. Además, precisó que ella había sido la causante de las heridas, pero que lo había hecho en defensa propia.

Policías del sector y una ambulancia llegaron al lugar para atender el caso. Los paramédicos estabilizaron al sospechoso y lo trasladaron al centro de salud de Chimbacalle.

También entrevistaron a la joven, quien les indicó el cuchillo con el que se habría defendido.

Los uniformados dejaron a la hija de la sospechosa con un familiar cercano, mientras ella fue llevada a la Unidad de Flagrancia para iniciar el proceso judicial en su contra.

Por otro lado, su pareja fue derivado al Hospital Enrique Garcés debido a la gravedad de sus heridas. Hasta el cierre de esta edición, los médicos analizaban la posibilidad de intervenirlo quirúrgicamente, ya que una de las puñaladas en el tórax comprometía sus órganos.

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