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“Mi madre es inocente, no tiene un centavo”, afirma la hija de adulta mayor llevada a prisión
Familiares de adulta mayor consideran improcedente su detención. Quince años después de ser acusada de peculado, la mujer fue sentenciada
Desde que ocurrió el supuesto delito de peculado por el que María Eulalia Sanipatín Estrella fue procesada, hasta que se emitió la sentencia ejecutoriada, transcurrieron 15 años. Luego pasaron cuatro años más para la captura de la mujer.
Sanipatín tiene hoy 72 años y desde las 17:00 del martes 29 de julio de 2020 se encuentra tras las rejas en el Centro Rehabilitación Social Femenino de Guayaquil. Allí deberá pagar una condena de ocho años, impuesta por el Tribunal de Garantías Penales del Guayas, en junio de 2016.
Este hecho ha trastocado no solo la vida de la adulta mayor, sino la de sus familiares. La segunda de sus cinco hijos, Juana Ochoa Sanipatín, relató a este Diario que su madre el lunes salió de la casa y tomó un taxi porque debía comprar sus pañales y de regreso a su hogar se topó con un operativo de la Policía.
"Le ganó un juicio al hospital"
“Le pidieron los documentos de identidad y mi madre no los tenía, pero les dijo su número de cédula, fue en ese momento en que el policía le manifestó que sobre ella pesaba una orden de captura. Esa noche pasó en casa con resguardo policial. Al día siguiente la llevaron a la cárcel”, relató Ochoa, la hija de la acusada.
Agregó que cree en la inocencia de su madre y que ella le ganó un juicio de indemnización al hospital Francisco de Ycaza Bustamante, donde laboró como cajera por 15 años.
“En el hospital la acusaron del robo de 400 dólares, pero nunca le pudieron probar nada. La gente escucha peculado y piensa que mi madre se ha enriquecido y eso es mentira, es una persona enferma que muchas veces no tiene ni para las medicinas, se jubiló hace cuatro años y fue mi hermana que le aportó al Seguro Social. Me tocó palpar la injusticia de cerca”, señaló la hija de María Eulalia.
La mujer considera improcedente lo ocurrido con su madre, pues afirma que nunca les notificaron que debía acercarse a la Fiscalía o a un juzgado y que desconocían de la sentencia y orden de captura que pesaba sobre ella.
La mujer, quien en enero de 2021 cumplirá 73 años, sufre de hipertensión, diabetes, problemas renales y solo tiene el 30 por ciento de su visión.
Sí hay ‘cana’ para adultos mayores
Julio Miguel Arévalo Rivera, abogado en libre ejercicio y exjuez de la República, explicó que al existir una sentencia ejecutoriada y el peculado ser un delito imprescriptible, sí se procede la detención de la señora, “pero por sus problemas de salud debe estar internada en el policlínico”.
“A una persona de la tercera edad la ley permite que mientras se dé el proceso, hasta antes de una sentencia en firme pueda defenderse en casa, pero una vez que la sentencia se encuentre ejecutoriada esa persona debe ser trasladada al Centro de Privación de Libertad. La señora podrá pagar el 60 por ciento de la condena en un policlínico del centro penitenciario”, explicó Arévalo.
Recurso de Hábeas Corpus
La tarde de ayer, el abogado de la detenida, Hernán Ulloa, presentó en la Corte Provincial de Justicia del Guayas un recurso de hábeas corpus para obtener la libertad inmediata de la señora.
Ulloa indicó que le llama la atención que las autoridades judiciales no tomaron en consideración a los abogados de los procesados, quienes en su momento fueron los encargadas del patrocinio de la señora, sino que se ofició a la defensora pública. “Por ahí existe una vulneración muy seria al debido proceso que puede afectar la validez de este procedimiento”, sostuvo.
Geoconda García, del área de Comunicación del Centro de Rehabilitación Social de Mujeres de Guayaquil, afirmó que desde las 17:00 del martes la señora se encuentra en el pabellón de atención prioritaria, donde están las mujeres embarazadas, con niños, personas con discapacidad y tercera edad y que hasta ahora no se ha reportado ninguna emergencia con la detenida.
“La trabajadora social debe hacer una evaluación y si necesita un medicamento los familiares pueden traerlo. Si presenta alguna molestia se la llevará al dispensario médico del Centro de Rehabilitación Social”, dijo García.